MÒNICA GARCÍA MASSAGUÉ: "LITERATURA Y CINE SE MUEVEN EN DOS NIVELES DIFERENTES: CONCEPTOS, PROCEDIMIENTOS, ETC., Y HAY QUE ACERCAR ESTAS REALIDADES".

12/11/2020

Este mes entrevistamos Mònica García Massagué, directora general de la Fundación Sitges – Festival Internacional de Cine Fantástico de Cataluña, que organiza el Festival de Sitges. 

Con ella hablamos del festival y del Taboo'ks, su programa para promover las adaptaciones literarias al audiovisual y en el que en esta edición ha participado nuestro Laboratorio de adaptaciones audiovisuales de Barcelona, LAAB. Un proyecto impulsado por el ICUB a través de la Barcelona Film Commission.

Este año has sido escogida directora general de la Fundación Sitges, antes lo eras en funciones y también habías sido subdirectora. ¿Cómo empezó tu relación con el Festival de Sitges?

Mi relación profesional se remonta en el año 2004, cuando acepté el cargo de directora de comunicación del festival (¡un sueño hecho realidad!). Estuve solo aquella edición porque después acepté encargarme de los festivales internacionales en una oficina de promoción del cine producido en Cataluña. Once años después me propusieron ser la subdirectora de la Fundación y cuatro ediciones más tarde, acepté el encargo de la dirección.

Anteriormente, había sido espectadora fiel, además de cubrir como periodista el certamen. Trabajaba en televisión local y dirigía varios espacios de cine, así que hace décadas, de hecho, que Sitges forma parte de mi vida personal y profesional.

 

Sitges es uno de los festivales más importantes del mundo de cine fantástico. ¿Qué es lo que crees que atrae tanto al público como a los participantes de un festival como este?

Sitges es el primer festival internacional de cine fantástico del mundo. Este estatus le ha permitido capitalizar un patrimonio inmaterial que lo distingue de cualquier otro certamen. En sus salas se han descubierto y han crecido talentos como Guillermo del Toro, Sam Raimi, J. A. Bayona, Jaume Balagueró, Álex de la Iglesia, Paco Plaza... son tantos los nombres, que los fans y participantes son conscientes de este bagaje. Creo que cada espectador sabe que se integra en una edición histórica y cada una de ellas se convierte a la vez en una pieza de coleccionista para la memoria de los cinéfilos del fantástico. Es curioso sentir orgullo al citar “yo he estado presente en la edición de Susan Sarandon” o “y yo vi a Quentin Tarantino”, etc. Sitges es fuente de una experiencia cinematográfica única, sin duda.

 

El festival ha apostado por el fantástico desde el principio, ¿dirías que el festival ha dado caché a un género que muchas veces se ha considerado menor?

Sitges ha usado desde los primeros años el concepto fantástico como un paraguas para acoger varios subgéneros como el terror, la ciencia ficción, la comedia negra, etc. Prácticamente todas las direcciones artísticas han tenido claro el posicionamiento del festival como una fortaleza de cara al público y que, a la vez, permitía poner el foco en un tipo de cine singular. Es cierto que el cine de género ha sido valorado con más o menos fuerza a lo largo del tiempo, pero la realidad es que ahora impera como un lenguaje en manos de grandes realizadores. Buena prueba es ver las programaciones de los llamados festivales generalistas, como Cannes, Venecia o Toronto, que incluyen en las secciones principales propuestas fantásticas sin ningún tipo de reticencia.

 

Una de las cosas que atrae más al público, de hecho, es la experiencia de ir a Sitges e imbuirse de cine fantástico, puesto que toda la ciudad participa activamente en el festival. ¿Cómo habéis vivido la situación de pandemia? Suponemos que en muchos aspectos ha afectado al festival, pero igualmente apostasteis por la presencialidad.

Desde los primeros diseños de la edición de este año ya nos planteamos que la dirección hacia la cual iríamos sería la de un modelo híbrido. El nivel de renuncia que imponían las restricciones sanitarias lo hemos tenido muy presente y, en consecuencia, pusimos en práctica estrategias como aumentar las repeticiones de las películas estrella (para ampliar el aforo total); reducir el número total de films; alargar el certamen hasta el domingo, etc.

El resultado ha sido muy positivo porque prácticamente hemos logrado todos los objetivos propuestos. Solo el aumento de restricciones en la fase final del certamen (a tres días del final) limitó la buena marcha de la taquilla, pero aun así pudimos reaccionar con celeridad y el impacto en la audiencia fue prácticamente nulo.

 

Han aumentado mucho los visionados de películas y series a través de las plataformas online. ¿Crees que el consumo de cultura a través de plataformas VOD cambiará el futuro del cine?

Esta afirmación es una vieja discusión que apareció con el crecimiento de la oferta de plataformas en nuestro país. Creo que asistimos a un hito histórico impuesto por una pandemia, que nos ha conducido a unas circunstancias excepcionales las cuales han limitado y perfilado un modelo de consumo, con el aumento necesario del VOD.

Así pues, el futuro del cine a corto plazo ya se ha visto afectado. Las salas no pueden operar o bien han visto reducido drásticamente su aforo, de forma que su modelo de supervivencia económica está amenazado. El crecimiento del consumo de producción serializada en VOD también está privilegiando un tipo de producción audiovisual por encima de otra (largometrajes, por ejemplo), etc. Aun así, creo que son efectos colaterales de la situación que vivimos y que, en el medio-largo plazo, volveremos a recuperar el valor de la experiencia cinematográfica y el mercado acabará regulándose para adaptarse a demandas mucho más amplias.

 

El festival no es solo exhibición, también hay muchas actividades paralelas como las jornadas profesionales del Sitges Film Hub. ¿Qué pueden encontrar en estas jornadas los profesionales del cine?

Desde el 2015 hemos puesto en marcha una oferta profesional cada vez más amplia. Además de la programación en salas, Sitges constituye un punto de encuentro excepcional y la idea era aprovechar este potencial con el diseño de actividades de industria propias o bien ofrecer el certamen como un marco de referencia para todo el sector audiovisual. En este sentido, creemos en un abanico de actividades que recorren la cadena de valor del producto cinematográfico y pueden ser de interés de los diferentes agentes: productores, exhibidores, realizadores, etc. Nos hemos acercado además a la realidad de otras industrias culturales afines, como la literatura, manteniendo el fantástico como valor diferencial en todo momento.

 

Vuestro programa Taboo’ks ha celebrado este año su cuarta edición dentro de estas jornadas. ¿Como y por qué nació Taboo’ks?

Taboo’ks nace precisamente de esta idea de ampliar el capital del fantástico a otros sectores culturales y seguimos los modelos vigentes en grandes certámenes como Cannes, Berlín o Venecia. En estos festivales ya disponen de espacios que analizan los vínculos entre la literatura y el cine desde la perspectiva de la adaptación y vimos un espacio, como es lógico, para conducirlo a nuestra especialidad: el fantástico. Se sumaba además que Cataluña aglutina buena parte de la industria editorial, así que Sitges podía capitalizar el proyecto con más sentido todavía.

 

Para aquellas personas que no conocen el programa, ¿en qué consiste? Y por curiosidad, ¿qué significa el nombre?

El nombre es una contracción de dos palabras: Taboo + Books. La idea era compaginar este lado más fantástico, oscuro o controvertido del género con la producción literaria en este programa. Taboo’ks pues es una jornada dedicada a la adaptación cinematográfica principalmente, pero también a cualquier aspecto alrededor de los vínculos entre cine y literatura. Desde la primera edición hemos contado con un concurso pitch de obras candidatas para ser presentadas ante el sector audiovisual, pero también con masterclass, mesas redondas, etc., que han permitido analizar aspectos concomitantes de los dos sectores.

 

¿Habéis podido ver a lo largo de las ediciones como los proyectos seleccionados se exhibían en el festival?

Sí que hemos podido ver aquellos que formaban parte de masterclass, dado que ya tenían un pie en la producción. Respecto al resto todavía es pronto, el camino del libro a la pantalla acostumbra a ser largo y, el contexto actual de producción, no es el mejor la verdad. A parte creemos que el principal hito es que haya un acercamiento entre las dos industrias en nuestro país, aprovechando este tipo de citas y que se expongan las dificultades de los dos sectores para establecer sistemas de trabajo más fluidos.

 

¿Cuántos proyectos se han presentado este año?

En esta edición se han seleccionado cuatro obras y, causalmente, todas escritas por mujeres. No ha estado nada marcado de inicio, sino que la cosecha es buena muestra de la presencia de autoras femeninas dentro del género.

 

Este año habéis colaborado con nuestro programa LAAB (Laboratorio de Adaptaciones al Audiovisual de Barcelona). Participaste en la mesa redonda Evaluando el potencial de las adaptaciones como moderadora. ¿Cómo nació esta colaboración y qué conclusiones pudiste sacar de lo que se dijo en la mesa redonda?

Hace años que sigo todas las iniciativas alrededor de la literatura y el cine. Una de ellas era el MIDA, creo que uno de los antecesores del LAAB y cuando apareció le propuse a su impulsor, Sebastià Mery, que participara en la edición de aquel año de Taboo’ks. Son propuestas hermanas y es lógico que busquemos vías de colaboración para fortalecer los diferentes programas.

Respecto a la mesa redonda y sus conclusiones continúo pensando que literatura y cine se mueven en dos niveles diferentes: conceptos, procedimientos, etc., y hay que acercar estas realidades. De hecho, es uno de los proyectos que tenemos pendiente: la formación de los editores y agentes en una perspectiva más audiovisual para que ellos sean unos prescriptores fidedignos de las necesidades del mercado.

 

Ahora que hay muchas plataformas que generan sus propios contenidos, ¿crees que se mira más de lo que se hacía antes al libro como posible fuente de ideas para adaptar al audiovisual tanto para series como películas?

La obra literaria como punto de partida tiene muchas ventajas: es una idea testada; generalmente ya cuenta con un público cautivo; la trama está totalmente madura, etc. Sin duda el potencial de la producción literaria es algo atractivo para la realización audiovisual y su capacidad de innovación y creatividad va dando ejemplos que son auténticos éxitos después. En esta línea se encuentran, por ejemplo, Let me in de John Alvijde o el film inaugural de este Sitges 2020, Malnazidos, basado en la novela Noche de difuntos del 38, entre otros muchísimos títulos.

 

Aparte de tu tarea en el festival de Sitges también eres tutora del Máster de Cine Fantástico y Ficción Contemporánea que realiza el festival de Sitges con la UOC. ¿Cómo nació esta colaboración? ¿Y creéis que es importante para vuestro colaborar también con el sector educativo a nivel audiovisual?

La idea de hacer un máster sobre cine fantástico es algo que concebí mucho antes de entrar en la Fundación como subdirectora. Creo firmemente en el camino de la formación como herramienta de film literacy y, en esta línea, el máster es la consolidación de un proyecto para fomentar la pasión por el fantástico. La complicidad de Jordi Sánchez-Navarro, programador del festival y jefe de estudios de ciencias de la comunicación de la UOC, permitió desarrollar un programa completísimo, que contempla precisamente las raíces del cine fantástico en la literatura. Para el festival el máster es una vía perfecta para capitalizar el conocimiento y el capital documental, que el certamen crea con cada edición.

 

¿Ya habéis puesto en marcha la edición por el próximo año o todavía estáis cerrando esta edición pasada?

Las dos cosas: el cierre de una edición del festival siempre se solapa con el diseño de la siguiente. La organización de un festival tan complejo y grande como Sitges es un trabajo de 365 días el año. Pensad que el certamen se mantiene vivo a través de actividades en todo el mundo, siendo el principal embajador del cine fantástico y sondeando a la vez las nuevas tendencias de mercado para conseguir la mejor programación cada mes de octubre.

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