SARA ANTONIAZZI: "A mí lo que más me interesa es que la gente conozca el cine, no que los especialistas hablen entre ellos".

28/03/2023

Este mes entrevistamos a Sara Antoniazzi, doctora en Lenguas, Culturas y Sociedades Modernas por la Università Ca’ Foscari de Venecia, y doctora en Humanidades por la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona. Autora del libro Barcelona en Pantalla, una ciudad en el cine (Editorial Los Libros de la Catarata).

¿Cuándo nació tu pasión por el cine?, porque tus titulaciones no tienen nada que ver con este ámbito.
 

Ya lo sé y me lo recuerdan constantemente. En Italia, para hacer carrera universitaria en el ámbito del castellano o catalán tienes que tener publicaciones en ámbitos de la cultura muy determinados, y no hay de cine, hay de literatura. Tendría que escribir más sobre literatura, en cambio, a mí me gusta el cine y las artes. Es una pasión que nació en la familia con mis padres. A ellos les gusta bastante el cine y, sobre todo, el cine americano clásico. Las comedias antiguas, las películas románticas, las de Hitchcock,... Cuando era pequeña, todavía se podían ver en la televisión. Cada día había una. Ahora tenemos las plataformas, algo hay, pero digamos que aquí en Italia en la televisión pública, no sé en España, no se ven casi nunca. Todavía se salvan las películas navideñas. Estas sí que cada Navidad las dan.

Es una pasión que después cuando crecí, amplié. También tuve la suerte de ser adolescente en la época en la cual internet empezaba, porque podía buscar todas las películas que quería. Sobre todo, para mí que vivo, en una ciudad muy pequeña de 40.000 habitantes. No es Barcelona. Allí si querías ver una película del pasado, seguro que había tiendas grandes donde podías encontrar de todo. Aquí no. Me acuerdo que hace muchos años quería ver películas de Bergman y cuando fui a preguntar me dijeron: “Ah sí, Ingrid Bergman”. Y yo: “no, el director”. No tenían nada. Lo mismo me pasó con una película de Truffaut Fahrenheit 451 que me querían dar la película de Michael Moore Fahrenheit 9/11. Esto es la realidad de un pueblo y una ciudad pequeña. Internet lo cambió todo. Era como un nuevo mundo, un universo que se abrió.

 

¿Por qué decidiste escribir este libro Barcelona en pantalla, una ciudad de cine? ¿Y qué te une a nuestra ciudad?

La idea en realidad es el proyecto de mi tesis doctoral. En la universidad, hacemos tres años y después dos años más de especialización. El último año seguí un curso de un profesor catalán que se llama Enric Bou titulado “Barcelona en la literatura”, que también hablaba un poco de cine. Tuve la idea de hacer Barcelona en el cine. Viví también en el Poble Sec y para escribir el libro estudié la historia de la ciudad, muy interesante también desde el punto de vista urbanístico. Por ejemplo, todo lo de Cerdà. Después me doctoré y coincidió que vino a Venecia para un curso de literatura y poesía catalana un profesor que ahora está a la UPF que se llama Jaume Sobirana. Esto hizo nacer mi pasión por la lengua catalana. Decidí aprenderla. Encontrarme con estos dos cursos, hizo que decidiera seguir con el tema Barcelona y cine y aprender la lengua que es fundamental porque realmente si no podía leer el idioma, no habría podido hacer esta investigación.

 

 

Mencionas que sorprende la poca presencia de Barcelona en los estudios sobre ciudad en el cine teniendo en cuenta que la ciudad fue pionera del cine e impulsora del desarrollo de este. ¿Por qué crees que no se ha estudiado más la ciudad desde el cine?
 

Se ha estudiado, sobre todo, momentos concretos de la historia de Barcelona. Por ejemplo, hay estudios fantásticos de historiadores del cine como Palmira González sobre el nacimiento del cine en Barcelona o estudios muy buenos sobre la última parte de la historia de Barcelona y el cine después de los Juegos Olímpicos. Y todavía ahora continúan publicándose estudios sobre esta parte postolímpica. Y también la guerra civil está bastante estudiada por razones obvias, pero la parte del Franquismo en relación con la ciudad de Barcelona me parece que no está tan estudiada. Creo que es un problema de tener también acceso a las películas, muchas no son conocidas o son películas menores y en realidad no son tan buenas. La mayoría de las que se hicieron durante el franquismo eran comedias tontas, cine del desarrollismo, cosas así. Quizás por eso no hay mucho interés. Porque después hay periodos concretos muy estudiados. Barcelona y el cine policial o el cine negro de los años sesenta, por ejemplo. A mí lo que más me interesa es que la gente conozca el cine, no que los especialistas hablen entre ellos. Y espero que el libro desde este punto de vista sea bastante accesible a personas que no son historiadores del cine, sino personas normales.

 

Barcelona como escenario de cine, ¿ha mostrado los cambios urbanísticos en la ciudad?

Sí, en algunos casos muy evidentes, por ejemplo, de la película que hablo en el libro En construcción de José Luis Guerín. Es una película que disecciona y trata mucho precisamente este tema. Evidencia este cambio. Después, en general, las películas han mostrado estos cambios de una manera indirecta. Tienes que ir a buscarlos en la película. Tienes que mirarte con atención el paisaje urbano y encontrar lo que ha cambiado. Esto me encanta, es como un trabajo de arqueóloga, pero de la imagen. Hay gente que se dedica a esto. En Inglaterra, por ejemplo, han hecho esto con algunos barrios de Londres. Han buscado, analizando películas y han visto los cambios de las calles y los edificios. También en la ciudad de Liverpool. Allí hay todo un proyecto académico donde utilizando las películas de un periodo concreto han buscado los cambios. Pero la película en realidad, en la mayoría de los casos, utiliza los lugares como un escenario, no tiene esta voluntad de mostrar los cambios. A pesar de que hay autores o directores como Wenders o Antonioni o el mismo Guerín que sí que son directores que es evidente que están interesados en documentar los cambios del paisaje. Pero estos casos son excepciones.

 

¿Crees que hay un antes y un después de Todo sobre mi madre de Almodóvar para la ciudad de Barcelona a nivel cinematográfico?

Sí. Porque fue una película con mucho de éxito sobre todo en EE. UU. Y generó un interés muy fuerte por la ciudad y por rodar en Barcelona. Antes de Woody Allen, además la película de Almodóvar es de otro nivel. Todo sobre mi madre es una película muy buena. Ya existía la BFC y después ha trabajado mucho también para aumentar y mantener estable este interés. Fue fundamental para hacer conocer la ciudad al público de otros países.

 

Escogiste dos líneas de investigación: la arqueología urbana desde el cine y el cine como influencia en la percepción que se tiene del espacio urbano a raíz de las transformaciones urbanísticas como los JJ. OO. del 92. ¿Por qué estas vertientes? Llama más la atención la primera parte del libro que habla de un cine más desconocido, que la segunda que son películas más conocidas, ¿no?

La Barcelona vampirizada creo que es la mejor parte del libro. En cambio, la última parte del libro es la menos interesante para mí. Son las menos estudiadas por mi parte también. La parte más del pasado, más histórica, como investigadora es la parte que me gusta más y creo que esto se ve en el libro. La parte más contemporánea también es interesante, digamos que es el cine como instrumento de marketing. A pesar de que, en realidad, siempre lo ha sido. Si miras películas como Vacaciones en Roma con Audrey Hepburn, esto también era marketing. No es una invención de ahora. Pero en el caso de Barcelona, en este sentido, es particularmente interesante que Vicky Cristina Barcelona haya recibido dinero de diferentes instituciones precisamente con este objetivo. Esto a mí me llama bastante la atención, sobre todo, porque se trata también de un director muy conocido e importante en la historia del cine. Normalmente, hace películas de autor que no están destinadas a un público mayoritario.

 

¿Te resultó difícil encontrar material o ver todas aquellas películas de los inicios del cine?

Está la Filmoteca en Barcelona, que es donde siempre iba a trabajar. Hace un trabajo increíble, es un lugar fantástico y se encuentra de todo. No solo las películas, sino también bibliografía, revistas,...Sobre el cine barcelonés y el cine en general. El problema, ahora que estoy por ejemplo en Italia, es tener acceso a las películas o los documentos. Es más difícil. Se podría potenciar. Y después lo que pasa con el cine antiguo de los inicios, es que hay películas que están perdidas. Por ejemplo, una de las películas de la que hablo, la de Fructuós Gelabert, que es del comienzo del cine en España y Barcelona, está perdida, La salida de los trabajadores de la España Industrial.

El otro problema es que muchas veces sí que se encuentran, pero no están restauradas o están en un estado bastante lamentable y entonces también es difícil imaginarse, cuando ves las películas, como tenía que ser con los colores, etc...Por ejemplo, hace un tiempo que no busco, pero hay películas fantásticas de la historia del cine catalán como Los Tarantos de Francesc Rovira Beleta, que es maravillosa, que no se encuentra y ni se puede comprar en DVD. No está creo restaurada o si lo está no existe el DVD. Solo si tienes suerte lo puedes comprar de segunda mano. Esto no está bien, se tendría que decir por qué realmente hay obras maestras del cine catalán que no están disponibles para todo el mundo. Y tendrían que tener más difusión. Por ejemplo, a un amigo mío que es crítico cinematográfico norteamericano, le enseñé la secuencia de Los Tarantos donde Antonio Gades baila en la Rambla, que es fantástica y me dijo que era magnífica y le expliqué que era un film de Rovira Veleta, pero que no se encontraba para ver. Hay muchos catalanes que no conocen esta película. Se tendría que prestar más atención a esto. Por ejemplo, me pasó con una película que cito en el libro, Vida en sombras, que es fantástica también, pero antes de que saliera en DVD fue como un calvario verla durante años. Y suerte que la han restaurado y ahora es bastante conocida, pero se tendría que hacer más. Es un film del 1963, todavía hay derechos. No solo es el hecho de digitalizar, sino de publicar y hacerlo accesible.

 

Al final del libro hablas de films como Todo sobre mi madre, Una casa de locos y Vicky Cristina Barcelona para describir la Barcelona de postal y Biutiful y En construcción para la Barcelona más real. ¿Por qué escogiste estas películas?

El criterio es bastante banal. Son las películas que más éxito han tenido, que son más conocidas, y por eso también las más estudiadas. Además de la de Guerín que es un gran director, pero no es tan conocido, son conocidas también en el extranjero. Almodóvar es una figura internacional. Una casa de locos tuvo mucho de éxito a pesar de no ser de un director conocido. También es interesando el mundo del Erasmus, a pesar de que ahora para los jóvenes es lo más normal, cuando se estrenó y la vi en el cine no era así. Era una novedad, una cosa revolucionaria. Woody Allen e Iñarritu también son muy conocidos. Y Guerín, como decía, no es conocido internacionalmente, pero En construcción ganó muchos premios, atrajo mucha atención y fue muy interesante, puesto que generó una discusión en torno a la ciudad. En Barcelona hay el máster de creación audiovisual documental y se hacen muchísimas películas documentales sobre la ciudad.

 

También se puede construir una ciudad nueva a partir de Barcelona, como Barcelona siendo L.A., La Habana o París. ¿Cómo se analiza la ciudad cuando no es la misma ciudad?

A mí no es un tema que me interese. Sí que es divertido ver como lugares de la ciudad se utilizan para representar otras ciudades. Es una ventaja también como film commission poder proponer puntos de la ciudad para esto. No pasa solo ahora, también pasaba antes, como en film El fabuloso mundo del circo donde el puerto de Barcelona era La Habana. Durante los años 60 y 70, no solo Barcelona sino toda España se utilizaba para representar otras ciudades o paisajes.

 

Tu libro empieza con una cita de Montserrat Roig sobre dos Barcelona que ve a vuelo de pájaro. ¿Conviven pacíficamente estas dos ciudades?

No. Depende del periodo que consideremos. Ahora no es un buen momento, porque hay un conflicto entre la ciudad bonita, sin problemas que de alguna manera intenta presentar también el cine, cuando se tiene que vender la imagen, y la ciudad donde viven las personas reales. Por ejemplo, con todo el tema del turismo. Ahora estamos en una fase en la cual la ciudad que se ha construido con los Juegos Olímpicos y no solo con esto, sino muchas cosas que han pasado y muchos cambios, como el Foro de las Culturas, por ejemplo, la ciudad ha continuado cambiando también desde el punto de vista de la imagen y de lo que se quería vender. Ahora la gente pone mucho en discusión la ciudad que ha salido de todos estos cambios.

Después de los Juegos Olímpicos me parece que hubo un periodo en el cual la gente en general estaba bastante contenta de los cambios. Es innegable que la ciudad ganó en turismo, trabajos, inversión, etc...Y ahora hay un problema que se tiene que controlar. Pero pasa en todas las ciudades turísticas del mundo. Yo que trabajo en Venecia lo sufro, creo que es peor que en Barcelona.

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