Laura Pedro: "Los efectos visuales entran cuando físicamente no se puede conseguir cierta cosa, ya sea que un edificio sea de una manera, hacer un maquillaje que por la producción no se puede realizar, una criatura... ".

17/01/2020

Este mes entrevistamos a Laura Pedro, supervisora de efectos visuales de El Ranchito. Con ella hablamos de su profesión y su experiencia en los proyectos en los cuales ha participado como Un monstruo viene a verme, Superlópez, El vecino o Malnazidos.

¿Cuándo empezaste a interesarte por el cine? ¿Y cuáles son tus primeros recuerdos cinematográficos?

En casa siempre ha estado muy presente y recuerdo desde muy pequeña ir al cine. Pero creo que la inquietud de querer hacer cine me apareció cuando estudiaba en la ESO y empezaba a hacer videos y a montarlos en casa. Durante un curso de la ESO participamos en una beca de oratoria en inglés y decidimos que el proyecto sería una película. Fue aquí cuando por primera vez estuve involucrada en un proyecto “cinematográfico” 100% amateur y hecho por estudiantes.

 

¿Por qué te encaminaste hacia los efectos especiales y no hacia otra faceta del cine? ¿Qué te atrae de este trabajo?

Cuando entré en el Escac mi intención era hacer dirección de fotografía, siempre me había llamado mucho la atención, la iluminación y todo lo que es técnico relacionado con la fotografía. Pero a causa de un accidente de moto no pude prepararme los exámenes tanto como necesitaba y no conseguí llegar a una nota alta para poder entrar. La buena noticia fue que aquel mismo año aparecía la especialización de efectos visuales y no lo dudé. Fui de cabeza hacia efectos, como siempre había tenido la inquietud de hacer pequeñas cosas, en casa ya había jugado con programas de efectos y como también la luz se trabaja mucho dentro del mundo de los efectos visuales, no lo dudé.

Lo que más me gusta es cómo en cada producción intentas sacar el máximo partido con los medios que tienes para llevar a cabo lo que el proyecto necesita.

 

Los efectos especiales hacen que la imaginación no tenga límites, pero ¿cómo se hace real una cosa que ni siquiera existe?

Cuando en un proyecto se tiene que hacer un efecto de algo que no existe, una criatura, una ciudad hecha de cero... suele ser un proceso entre los diferentes departamentos, no solo efectos visuales, para ver cómo llevarlo a cabo, diseñarlo y decidir de qué manera es mejor para la producción y lo que se quiere conseguir. Por lo tanto, suele ser un proceso largo y en equipo.

 

El Ranchito es responsable de los efectos especiales de buena parte del cine fantástico de los últimos 15 años en nuestras tierras y ya hace tiempo que también de más allá con películas como Lo imposible o series como Juego de Tronos. ¿Cómo llegaste a la compañía?

Entré a formar parte de El Ranchito cuando empezaban la previsualización de Un monstruo viene a verme. Al principio formé parte del equipo de previsualización y una vez acabada esta parte, entré a formar parte del equipo de rodaje con el supervisor de la película Félix Bergés. Desde aquel primer proyecto, aquí sigo con el equipo de El Ranchito.

¿Qué hace una supervisora de efectos visuales? ¿Y en qué consiste tu trabajo?

El trabajo que yo he hecho en los proyectos que he llevado empieza desde el inicio de la producción, en algunos casos cuando todavía se está modificando el guion. De este modo, desde la fase inicial estamos trabajando en común para que lo que está escrito en guion y lo que tiene en mente el/la director/directora se pueda llevar a cabo.

En el caso de Superlópez, por ejemplo, desde el inicio nos reuníamos constantemente con todos los/las jefes/as de departamento e íbamos desglosando la película y viendo de qué manera teníamos que organizarnos y qué trabajo hacía cada departamento para poder conseguir lo que estaba en el guion. Al tener que rodar con un actor volando y un robot, se tuvieron que construir estructuras robotizadas por parte del equipo de InExtremis, para después nosotros poner el efecto digital y ya partir de una base buena de rodaje para poder trabajar lo más eficiente posible una vez acabado el mismo. 

Dentro del rodaje, siempre estoy para asegurarme de que el material que se rueda es el óptimo para que el trabajo de efectos visuales se pueda hacer de la mejor manera. También durante el rodaje tienes que asegurarte de tener el máximo de información, fotografías, medidas de cámara, escáneres... siempre tenemos que hacer durante rodaje esta tarea, previamente pactada también con los responsables de los departamentos internos de efectos visuales para que tengan el material necesario para trabajar mejor.

 

¿Qué diferencia hay entre efectos especiales y visuales?

Los efectos especiales son todo lo que se haría físicamente en el rodaje, lo que es real. En el caso de Superlópez, por ejemplo, InExtremis fueron los encargados de crear físicamente muchos efectos en el set, desde una explosión de agua real hasta construir la estructura del robot en el cual iba montada Maribel Verdú o el sistema que hacía que Dani Rovira pudiera volar.

Los efectos visuales entran cuando físicamente no se puede conseguir cierta cosa, ya sea que un edificio sea de una manera, hacer un maquillaje que por la producción no se puede realizar, una criatura... también muchas veces se trabaja conjuntamente con el departamento de efectos físicos, puesto que muchas veces ellos se encargan de darnos una base real de rodaje para que nosotros después podamos tener la referencia real y darle un plus extra, por ejemplo.

En la película de Malnazidos, por ejemplo, de la que también se han encargado InExtremis de los efectos físicos, rodamos la mayoría de efectos reales al menos una vez por plano. De este modo, de base ya teníamos el look que la producción necesitaba y servía de base también para que los efectos visuales se pudieran hacer de una manera más óptima, puesto que, en este caso, los efectos tienen que ser invisibles.

 

Tu primer trabajo en El Ranchito fue con Un monstruo viene a verme de J.A. Bayona como comentabas. ¿Cómo fue el aterrizaje y esta primera experiencia?

Fue muy emocionante y lo recuerdo con mucho cariño, puesto que por primera vez estaba en un proyecto de estas dimensiones y por primera vez iba a un rodaje tan grande. Toda una experiencia de la cual aprendí a pasos de gigante en muy poco tiempo. Cosa normal cuando de golpe estás rodeada de profesionales con tanto talento, empezando por mi supervisor/jefe Félix Bergés, del que sigo aprendiendo hoy en día en todos los proyectos que tengo la suerte de compartir con él.

¿Qué trabajo te ha resultado más difícil?

Creo que lo más complicado es cuando te tienes que pelear con una secuencia donde todo es croma (fondo verde) y partes de cero, es un fondo 3D que se tiene que diseñar, modelar, iluminar...

 

Tanto en Superlópez como La sombra de la ley, has trabajado cambiando la realidad de la ciudad de Barcelona. No es igual crear un mundo nuevo e irreal que trabajar sobre una ciudad que existe y es real. ¿Qué retos te supusieron estas dos películas, suponemos que muy diferentes?

En Superlópez como pasaba en la actualidad no tuvimos que modificar nada de Barcelona. En el caso de La sombra de la ley, película que supervisó Félix Bergés, sí que en la fase de preproducción tuvimos que planificar muy bien como rodaríamos y de qué manera, puesto que muchos planos están rodados en Barcelona, pero otros los rodamos en lugares diferentes y teníamos que cambiarlo para que pareciese la Barcelona de la época.

 

Los superhéroes han llegado a nuestra tierra con fuerza, has trabajado también en la nueva serie de Netflix, El vecino. ¿Es muy diferente tu trabajo en un largometraje que en una serie de televisión?

El trabajo ha sido el mismo por mi parte y de mi productora Berta Coderch. Hicimos el mismo planteamiento que en Superlópez. Desde la fase inicial del proyecto quisimos estar involucradas para que no se nos escapara nada y poder ayudar al máximo a la producción para poder llevar a cabo de la manera más óptima lo que se necesitaba. Lo que tuvimos muy claro desde inicio es que Titán no llevaría capa. Como muy bien siempre recuerdan los showrunners de la serie, Carlos De Pando y Sara Antuña, las capas traen problemas (risas).

 

 

Has sido la primera mujer que ha ganado un Goya a los mejores efectos especiales. Quizás el sector de la postproducción y los efectos visuales es el que menos presencia femenina tiene. ¿Por qué crees que es esto? ¿Y crees que está cambiando?

Dentro de la categoría de efectos especiales no soy la primera mujer, pero sí soy la primera en ser supervisora de efectos visuales. Sí que es un sector donde quizás no había tanta presencia femenina, pero creo que está cambiando. Con la aparición de especialidades como la del Escac y la aparición de escuelas dedicadas a los efectos visuales, chicas jóvenes están empezando a interesarse por esta especialidad y sector. También hace mucho que en los medios se hable mucho más que antes y se está dando mucha visibilidad a nuestro sector, a causa de las superproducciones que se están haciendo últimamente donde los efectos visuales tienen un gran peso.

 

¿Cuáles son tus próximos proyectos? Si se puede hablar de ellos, claro.

Ahora mismo estoy trabajando en la postproducción de Malnazidos, de Javier Ruiz Caldera y Alberto de Toro, y en la película Way Down de Jaume Balagueró, que superviso conjuntamente con Félix Bergés.