Joan-Lluís Ramisa: "Descubrir películas más antiguas o poco conocidas, permite a los barceloneses descubrir otra Barcelona".

21/08/2020

Este mes entrevistamos a Joan-Lluís Ramisa, responsable de la programación de cine de betevé y por tanto del ciclo Barcelona…i acció. Con él hablamos del ciclo y de las películas que acoge, siempre rodadas en nuestra ciudad.

Eres programador de cine en betevé. ¿En qué consiste tu trabajo? ¿Y cómo llegaste a este cargo?

Básicamente, mi trabajo consiste en encontrar y programar películas que hayan usado Barcelona como plató. Estudié cine en Gran Bretaña y siempre he sido muy cinéfilo. Ya trabajaba en betevé como productor y mi predecesora dejó el cargo y, dado mi perfil, me propusieron encargarme de la programación de cine. Y acepté encantado.

 

¿Qué es lo más interesante para ti de este trabajo?

El trabajo tiene una parte detectivesca que me gusta mucho, que es buscar constantemente películas de todas las épocas que se hayan rodado en Barcelona. Lo más interesante es cuando encuentro películas poco conocidas y me da la oportunidad de darlas a conocer a nuestros espectadores. Esta es quizás la parte que disfruto más.

 

¿Y cuál es la parte más difícil?

Cuando tengo localizadas películas poco conocidas, averiguar quién tiene los derechos y cómo las puedo conseguir. Y a veces también está el problema del material, si son películas antiguas, que quizás no se han remasterizado y no tienen calidad de emisión.

 

¿Cómo y cuándo nació el ciclo Barcelona…i acció?

El ciclo nació el 2010 con la voluntad de mostrar Barcelona como plató cinematográfico y poder ver cómo se ha reflejado la ciudad en la pantalla. Creo que es parte de la tarea de difusión que tenemos que hacer como televisión pública. Como parte de nuestra filosofía de servicio público y, sobre todo, en su vertiente cultural.

 

¿Hay alguna película que hayas querido pasar y que haya sido imposible encontrar o te has encontrado con muchas dificultades?

Normalmente las dificultades vienen, como he dicho, para encontrar quién tiene los derechos de películas poco conocidas. Y después también por un tema de presupuesto. Tenemos un presupuesto modesto que a veces no nos permite acceder a comprar los derechos de películas, sobre todo, más recientes. Tengo algunas películas pendientes que no hemos podido pasar hasta ahora por alguno de estos motivos, como puede ser Vicky, Cristina, Barcelona, Biutiful o El cónsul de Sodoma.

 

Cuando encaráis una nueva temporada del ciclo, ¿qué criterios usáis para programar?

Hay diferentes criterios. Uno es, evidentemente, la calidad cinematográfica de la película. Y también el hecho de poder programar películas de todas las épocas, para que se vea cómo Barcelona se ha reflejado en las diferentes décadas que se ha rodado cine en la ciudad. Por lo tanto, siempre buscamos estas dos cosas: la calidad y a la vez también la variedad, tanto temática como de época.

 

¿Está Barcelona bien representada en el cine?

Yo creo que sí y bastante bien, porque muchos directores han rodado en nuestra ciudad, cada cual con una sensibilidad diferente y explicando historias muy diversas. Esto ha permitido que, a través del cine, podamos ver muchas Barcelonas en función de la sensibilidad de cada director.

 

¿Cómo ha evolucionado la imagen de la ciudad a lo largo de los años en el cine?

Ha evolucionado muchísimo. En los años 50 y 60, cuando empezó el llamado cine criminal barcelonés, Barcelona era el escenario de tramas policíacas, pero a lo largo de los años hemos podido ver cómo se han ido incorporando otras visiones de la ciudad, algunas más turísticas y otros más cómicas, pero sí que ha ido cambiado. Incluso, Barcelona ha sido escenario de películas de ciencia ficción. Esto hace años no se daba.

 

Uno de los elementos fundamentales de las film commissions son las localizaciones. Nosotros tenemos nuestro directorio, por ejemplo. Vosotros siempre hacéis una introducción de cada película en sus localizaciones. ¿Cómo escogéis estas localizaciones? ¿Seguís algún criterio a la hora de escoger? ¿Si son de interior o exterior, si se reconoce la ciudad o no?

Para cada película se hace un listado detallado de las localizaciones que aparecen. A pesar de que las mencionamos todas, cuando vamos a grabar, escogemos algunas concretas. A la hora de escoger las que usaremos para las introducciones, siempre tendemos a priorizar exteriores porque es la mejor manera en la cual el espectador puede reconocer la ciudad. Y también de entre estas, las que tienen más relevancia para la trama. Quiero decir que, si son localizaciones en las que pasa alguna escena que es más relevante, pues las priorizamos. A pesar de que, evidentemente, también usamos localizaciones de interior, la mayoría son de exterior.

 

En determinadas películas, sobre todo antiguas, puede ser incluso difícil de encontrar realmente donde se rodaron.

Las más antiguas son las más complicadas de encontrar. Primero, porque hay muy poca información sobre las localizaciones. Hoy en día, la mayoría de películas, en los créditos ya te dan pistas de donde se rodaron, cuando no son muy evidentes. Con las más antiguas, es parte del trabajo detectivesco del cual hablaba antes. No solo encontrarlas, hacer un visionado e ir buscando las localizaciones que se han usado cuando no son obvias. Las calles y lugares. Se trata de mirar un poco con lupa. Sobre todo, con las películas más antiguas, porque Barcelona ha cambiado mucho en los últimos años. Me encuentro con lugares que han desaparecido, por ejemplo. Pero, aun así, sí que vamos a la localización actual para contextualizar un poco el cómo se muestra esta localización en la película y cómo es ahora.

 

Hay películas que se han rodado aquí pero que no representan Barcelona como El castillo de Fu-Manchú o puede que Barcelona sea la Habana, por ejemplo. ¿Qué lugares destacarías que han sido otras ciudades en Barcelona? ¿Se disfraza bien la ciudad o es demasiado reconocible?

Aquí depende mucho de las localizaciones que se usen. Evidentemente, el caso de El castillo de Fu-Manchú es bastante paradigmático, ya que el Parque Güell o el Parque de la Ciutadella representan Estambul. Quizás el caso más destacado es El perfume, que convirtió Barcelona en el París del siglo XVIII. Creo que es quizás el ejemplo más evidente en el cual se disfrazó a Barcelona, en este caso de París. En El viaje de los malditos, convirtieron el puerto de Barcelona en el puerto de Hamburgo y también el puerto de La Habana y la Plaza Real en un lugar del casco antiguo de La Habana. No se da demasiado, por mi experiencia, pero hay en algunos casos como estos, que sí que se ha usado Barcelona para representar otros lugares.

 

¿Qué lugares de Barcelona crees que son más cinematográficos? Al final, quizás es donde ruedan más, porque son más reconocibles.

Posiblemente, La Rambla y sus alrededores es uno de los lugares que más se ha usado. Personalmente, creo que las calles del Gótico y del Rabal son de las más cinematográficas, porque tienen una personalidad propia que a menudo ayuda a la trama. A pesar de que, yo agradezco cuando una película se aleja del centro de Barcelona y muestra otras localizaciones menos frecuentadas: barrios como el Clot, Poble Nou o Sants, que no se han usado tanto. También pone en valor otros lugares que no son los más típicos y posiblemente, los más turísticos como son La Rambla, la Sagrada Familia, Gaudí,...

 

Ahora Poble Nou es una zona en la que se rueda mucho, por ejemplo, y antes no.

Recientemente se está rodando muchísimo allí. Pero a lo largo de todas estas décadas de cine rodado en Barcelona, solo ha sido en los últimos 20 años cuando se ha empezado a mostrar Poble Nou como un elemento cinematográfico. Pero vaya, nosotros cuando vamos a rodar nuestras introducciones nos hartamos de ir a La Rambla, Plaza Real y todos estos lugares, porque es de los lugares que más se han usado.

 

¿Qué películas destacarías? O, mejor dicho, ¿qué películas te han descubierto una Barcelona que desconocías y quizás no habías visto antes?

Me quedo con muchos de los títulos fundamentales de este cine criminal barcelonés como Apartado de correos 1001 o A tiro limpio. A través de muchas de las películas rodadas en los cincuenta y sesenta, por lo que decía antes, porque Barcelona ha cambiado muchísimo, se muestra una Barcelona desaparecida o muy cambiada. Casos como Young Sanchéz, Los Tarantos, Los cuervos o El ojo de cristal o incluso, Fata Morgana, han sido películas que me han mostrado una Barcelona muy diferente de la que conocemos. Y ya te digo, a menudo, porque lo que muestra ya no existe o ha cambiado muchísimo.

 

Habéis empezado la nueva temporada de Barcelona...i acció con Fanny Pelopaja. ¿Cómo encaráis esta nueva temporada?

Con muchas ganas. En diez años de ciclo, siempre hemos buscado la calidad cinematográfica de las películas y siguiendo en la línea de intentar que el ciclo refleje todas las épocas, no solo el cine más reciente, porque posiblemente el cine más reciente es el que la gente tiene más presente. En cambio, descubrir películas más antiguas o poco conocidas, permite a los barceloneses descubrir otra Barcelona.

 

También habéis pasado todo un clásico como es A tiro limpio de Francesc Pérez Dolz.

Sí, es increíble. Además, tuvimos la oportunidad de entrevistar al director, cuando ya era muy mayor, antes de que muriera y nos explicó un montón de anécdotas. Claro, era una época en la cual no había medios y tuvo que inventarse muchos recursos para poder hacer la película que él quería. Incluso hizo construir una grúa para unas necesidades específicas de una escena y esta grúa después se patentó y se usó para hacer películas.

Últimas notícias

NACE ECOMETRAJE

Consultora medioambiental especializada en la industria cinematográfica

Ya disponible la 'Guía Sostenible para Despistados'

Una iniciativa de PAC con la colaboración de K is For Knowledge

‘La Quinta’ rueda en Barcelona

Manolo Solo y María de Medeiros protagonistas