En esta segunda temporada, Paco y Genís siguen sintiendo que el mundo avanza a tanta velocidad que, por mucho que corran, siempre se quedan atrás. Por un lado, Paco empieza a trabajar en un entorno lleno de jóvenes modernos, que dicen muchas palabras que no entiende, y que tienen toda una serie de normas no escritas sobre las relaciones laborales y afectivas muy difíciles de seguir para un señor que lo ha hecho al revés toda la vida. Además, Paco vivirá una experiencia que hace muchos años que no vive: se enamora de una mujer... ¡de su edad! 

Por su parte, Genís tendrá que acoger en su casa a Pie, que ha sufrido un accidente que la ha dejado temporalmente impedida. Sin saber demasiado cómo hacerlo, como mucho hombres de su generación, tendrá que cuidar de Pie, y no al revés. Además, han pasado de tener encuentros sexuales esporádicos pero sin convivir, a convivir pero sin sexo. De forma que Genís se ve obligado a hacer una cosa que le da mucha pereza: volver a ligar. Y las cosas han cambiado mucho desde que ligó por última vez.