Entrevistamos a Tina Sánchez Rissech, exdirectora de Gestión de Patrimonio del Ayuntamiento de Barcelona y expresidenta de la Mesa de Filmaciones. Con ella hablamos sobre sus 10 años de experiencia en la gestión de rodajes en la ciudad y los retos de futuro de Barcelona como plató cinematográfico.
- ¿Qué es una Mesa de Filmaciones? ¿Cuando se creó?
A finales del año 2006, después de haber rodado el filme El Perfume, se vio la necesidad de generar sinergias que permitieran agilizar la dinámica de las autorizaciones para rodar en la ciudad. Se quería evitar que las productoras pensaran que trabajar en Barcelona era complicado y que si no dábamos ciertas facilidades, deberían optar por rodar en otras ciudades.
Entonces se inició una mesa de coordinación, para gestionar transversalmente un conjunto de servicios municipales y establecer las directrices base del funcionamiento de los rodajes. Mi experiencia municipal, tanto en Distritos como en sectores, podía resultar útil y me pidieron que fuera presidenta.
La función que se nos pedía era la de poner en común los criterios de la Guardia Urbana, de vía pública, los distritos municipales, del ICUB, de mercados municipales, de parques y jardines, de B: SM... para que los rodajes en la ciudad pudieran funcionar con la máxima facilidad para las productoras, y con el mínimo de contradicciones posibles.
La mesa de filmaciones, por tanto, no es un órgano jerárquico, sino un ente que pone en común la gestión, analiza los rodajes más complejos, elimina trabas siempre que sea posible y establece unas directrices para audiovisuales, películas de gran formato, publicidad...
- ¿Y se reúne una vez al mes?
Al principio los encuentros eran más frecuentes, ya que no disponíamos de las herramientas informáticas suficientes. En los rodajes intervienen muchos factores diferentes y las bases de datos que teníamos eran incompletas. Se nos generaban problemas, por ejemplo, porque sobreponíamos ocupaciones de espacios. Se podía reservar una localización para un rodaje y podíamos no saber que en el mismo lugar también estaba programado un concierto.
Por ello, lo primero que hicimos fue dotarnos de un instrumento potente, que permitiera también empezar a tramitar por internet. Cuando se señalaba un espacio, aquel lugar quedaba automáticamente reservado y todos (distrito, sectores, áreas...) tenían conocimiento, de modo que cuando alguien hacía una consulta de disponibilidad, podía ver que estaba ocupado por un cierto período de tiempo. En cada Distrito se nombró un responsable de mantener al día la base de datos de empleos.
Desde entonces, cuando se solicita autorización para ocupación de un espacio público, éste queda reservado para la filmación. La frecuencia de las reuniones era de una vez al mes y en caso de rodajes complicados cuando era preciso.
- En estas reuniones, ¿qué actores intervienen?
La Barcelona Film Commission, Guardia Urbana, el Distrito o Distritos donde se llevan a cabo los rodajes y yo misma.
- ¿Cómo funciona la relación entre la Mesa de Filmaciones y las productoras?
Normalmente pedimos a la productora su plan de trabajo, lo que necesitan (tiempo, espacios...) y cuando lo tenemos todo, hacemos un análisis. Después quedamos con ellos y construimos el rodaje desde el primer momento, según sus necesidades. Siempre procuramos darles la información agregada, que no tengan que hablar con varios interlocutores, sino que se concentra todo en nosotros.
¡Hemos tenido mucho trabajo estos años! Un dato muy gráfico: en 2009 el 40% de las producciones españolas audiovisuales se hicieron en Cataluña y de este 40%, el 60% se rodó en Barcelona. Son de esa época filmes como Biutiful, El Gran Vázquez, Los ojos de Julia, 3 Metros sobre el cielo, Barcelona ciutat Neutral, los Recs, Red Lights...
Cada película era impresionante. Por ejemplo, Iñárritu cuando rodó Biutiful, lo hizo como tiene por costumbre, por el orden exacto de cómo se vería después la película. Tuvimos que organizar el trabajo varias veces en el mismo lugar con las dificultades que ello conlleva, sobre todo en el centro de la ciudad.
Del 2010 al 2016 con la Barcelona Film Commission hemos ido alcanzando retos, como vaciar la Via Laietana un domingo para rodar Los últimos días. Desde Urquinaona hasta Correos, todo debía quedar vacío completamente, ya que no se hacía postproducción, y debía quedar vacía, porque figuraba que una epidemia había terminado con los humanos... ¡Pero lo conseguimos!
No han sido menos difíciles los pequeños rodajes de escuelas, instituciones... que en un número aproximado de 1500 por año hicimos agilizar dándoles forma de enterado, simplificando al máximo la tramitación. Hemos ido avanzando hasta ahora, con niveles complicados de rodajes, con actores que llevan una seguridad importantísima. Hemos rodado con el Sean Penn, Scarlet Johansson, Robert de Niro, Javier Bardem, Mario Casas, Antonio Banderas, Penélope Cruz, Dani Rovira...
- ¿En estos 10 años cuál ha sido el rodaje más complicado de gestionar?
Yo diría que Biutiful, con un Oscar merecido, por la intensidad con la ciudad y por el número de dispositivos logísticos de base.
- ¿Cuál crees que será el futuro de los rodajes en Barcelona?
Enlazando con los dos últimos años, superado ya el nivel de pruebas, hemos ido abriendo campos que no estaban abiertos. Determinamos nuevos espacios donde nunca se había rodado. Hemos ido ofreciendo a las productoras nuevas posibilidades de la ciudad, que iban más allá de donde siempre se había rodado. Yo pienso que esta es una buena vía, Barcelona es mucho más que Plaza Cataluña, las Ramblas, el Eixample y Sant Martí. Hay otros lugares que son muy bonitos y que pueden servir como espacios perfectos para películas.
Otro reto de futuro es crear servicios específicos para grandes producciones, como hacen otras ciudades como Londres, París o por supuesto Nueva York. A veces es muy complicado rodar filmes de gran formato con duraciones de muchos días o semanas. Nos gustaría poder ofrecer paquetes grandes donde las necesidades de producción ya estuvieran muy preestablecidas, definidas y cerradas antes de que lleguen los equipos aquí.
Recientemente, hemos gestionado un rodaje con figuración en el Parque Güell muy grande en cuanto a logística, que nos ha hecho pensar. Había que rodar sin grupos de turistas, ni alumnos que entran a una escuela cerca del parque... eso lleva un conjunto de trabajo complicado donde la capacidad de equivocarnos es grande. En estos momentos, pienso que ya tenemos suficiente experiencia para enfocarlo de una manera diferente. Esto es algo que hemos hablado mucho y que nos gustaría pronto poner manos a la obra, si se puede.
- ¿Qué tiene Barcelona como plató de cine que no tengan otras ciudades?
Barcelona tiene unos espacios magníficos y de contraste máximo entre los diferentes barrios. Tenemos zonas de estética casi americana en San Martí, Ciutat Vella, la ciudad modernista, parques pequeños pero muy bien cuidados, lugares muy mágicos... Tenemos una meteorología buenísima. Parece una tontería, pero es muy importante. Aquí hay pocas probabilidades de que se anulen los rodajes debido a la lluvia.
Además, la gente es amable. La colaboración de los ciudadanos es necesaria y en Barcelona en general, si se les explica con tiempo qué hacer y cómo, colaboran super bien en la mayoría de los casos. Somos una ciudad muy abierta y acogedora. Los grandes directores con los que hemos trabajando, Woody Allen, Iñárritu, Steven Soderberg, Whit Stillman, Jaume Balagueró, Manuel Huerga, Ventura Pons... todos nos han dicho que estarían encantados de volver a rodar en la ciudad. ¡Esperamos que así sea!