SARA GUTIÉRREZ: "Son más de cuatro o cinco proyectos los que están corroborando que no importa lo que hayas hecho o la edad que tengas, puedes hacer cosas interesantes".

19/12/2018

Entrevistamos a Sara Gutiérrez, directora de Yo la busco. Película que acaba de ser nominada a mejor película en los Premios Gaudí, confirmando el éxito y el talento emergente que sale de los alumnos de la UPF. Con ella hablamos del film que se puede ver en Filmin y Movistar + y de cómo ha vivido la experiencia de dirigir su primera película, que también se podrá ver en la 1ª Setmana del Cinema en Català en enero.

¿Cuándo empezó tu interés por el cine a nivel profesional? ¿Cuándo decidiste que querías dedicarte a esto?

Empiezo la carrera de comunicación audiovisual con la idea que te ofrece un poco de todo dentro del mundo audiovisual que es tan amplio. Recuerdo que cuando iban pasando los años, lo que me interesaba más era el cine. No sabía muy bien el qué. Cuando nos plantearon la idea del Trabajo de Fin de Grado, lo que me apetecía era probarme. Intuyo que escribir me gusta, me gustan las películas tanto consumirlas como pensarlas. ¿A ver qué tal es hacerlas y cómo construirlas? Arranca precisamente preguntándome si será una cosa a la que querré dedicarme en un futuro más o menos próximo. Todo el proceso ha sido muy emocionante, con partes amables y menos amables. Creo que ahora, acabada la película, me voy convenciendo que me gusta y que es una cosa a la que me quiero dedicar. Es una pregunta que va apareciendo constantemente, pero creo que ahora empiezo a intuir que es una cosa que me gustaría hacer mi oficio.

 

Yo la busco es un proyecto que empezó como un trabajo de finalización de grado en la UPF. ¿Era una idea que surgió de allí o ya la tenías pensada?

La idea parte del momento que dices: tenemos que hacer un TFG, nos apetece explicar una historia, escribirla y partimos un poco de lo que tenemos. Éramos un grupo de cinco que nos encargábamos más del guion. Parte de lo que tenemos para explicar, que tenemos cerca de la piel que nos emocione, que tengamos un mínimo conocimiento y tengamos material. Las respuestas a estas preguntas eran: tenemos un piso, que es bonito, que nos inspiraba y nos representaba y en el que vivía yo. Y tenemos un punto de vista concreto y nuestro sobre un tipo de relación o relaciones. También la noche de Barcelona que es una cosa que tenemos bastante al alcance porque, por ejemplo, se puede rodar en el exterior sin trípode con un equipo reducido o en interiores. Todo esto se ha ido tramando entre lo que tenemos y lo que nos apetece explicar. Las dos cosas han ido más o menos de la mano.

 

La película se ha rodado a Barcelona. ¿Qué crees que ha aportado la ciudad a la película?

Barcelona ha aportado mucho en todos los momentos del proceso. Empieza a aportar en un principio porque es un escenario omnipresente en todo lo que explicamos. Y lo es en el momento que explicamos una relación de dos personas que conviven en un piso de determinada manera, que también viene dado por una situación actual que está pasando en Barcelona. Casi más de la mitad de la película viene dada por cosas que pasan en interiores y exteriores de Barcelona por la noche. Recuerdo muchas paseadas mías y en grupo, estar andando la ciudad para ver cómo nos hablábamos mutuamente. Toda la segunda parte de la película es Barcelona, es la ciudad. Y esto venía no tanto por un intento de escribirla sino de ver que había e ir nosotros seleccionando los lugares y las personas que estaban allá y que de alguna manera explicaban o retrataban momentos o espacios que nos eran especiales.

 

 

Las películas que surgen de la UPF están teniendo bastante éxito. Hace unos meses entrevistábamos a Gonzalo de Lucas y nos decía que el hecho de tener el tiempo suficiente para dedicarle al proyecto era un factor importante. ¿Crees que esto ha sido importante para tu proyecto y qué otros factores crees que influyen?

Totalmente. Si hay algo que determina estos proyectos, al menos en nuestro caso, es el tiempo. Dentro del marco académico, todo se hace un poco por entregas, después en el mundo profesional también es similar. De alguna manera, estas fechas marcadas y entregas que se tienen que cumplir en el proceso académico es lo que hace que esto arranque. La película arranca porque nosotros teníamos un TFG que hacer e intentamos hacerlo de la manera que nos hiciera aprender más. Del mismo modo, al cabo de dos meses teníamos que tener un guion y al cabo de seis tuvimos que rodar. Ruedas porque tienes que hacerlo, porque después cuando te sales más del mundo académico, como es el caso de Yo la busco que tuvo mucha vida más allá, los tiempos dependen mucho de ti y de otras muchas cosas. Creo que todo hubiera cambiado mucho si hubiera empezado fuera de la Pompeu, quizás no hubiera empezado o lo hubiera hecho dentro de unos años. Son proyectos que se hacen de manera absolutamente prematura, pero es precisamente esto lo que quizás los hace, de alguna manera, únicos. Estás arrancando un proyecto, reconozco por mi parte que, de manera inconsciente, porque no lo había hecho nunca y nadie me había avisado de muchas cosas. Pero es que sino quizás no lo habría hecho. Hay muchos miedos que quizás no tienes porque no sabes lo que te encontrarás. Empiezas y lo vas viendo. Es como un empujón.

 

¿Os ha ayudado mucho también que vuestros tutores fueran gente del mundo del cine que estaba en activo y en contacto con la realidad?

Sí, por supuesto. La diferencia es obvia y extraordinaria. En la Pompeu son docentes y también profesionales que ruedan de manera más o menos habitual. Pero no solo esto, sino que sean como los que tuvimos nosotros: Mar Coll, Javier Rebollo y Jonás Trueba. Cineastas que son próximos, que hacen cosas y que desde dentro te pueden explicar de una manera más personal lo que se han encontrado y las formas de afrontar las cosas desde la práctica. Te dan puntos de vistas y prácticas diferentes, no tanto desde la academia. Tienen el punto de vista de gente que se ha llevado muchas hostias y tiene los recursos para explicarte cómo llevar las cosas, para trabajar el guion de una manera más práctica,…

 

¿Cómo se interesó Nanouk por tu película?

Con Nanouk nos encontramos en un pitching que organiza la Pompeu. En el septiembre siguiente de acabar y entregar el proyecto, la UPF organizó un pitching con productores y productoras de Barcelona, se presentaban seis proyectos de realización. Nosotros fuimos uno de estos proyectos. Estaban Valérie Delpierre, Adrià Monés, Miriam Porté y Ventura Durall. Fue casualidad, yo con Ventura hacía dos años que estaba trabajando. Empecé haciendo prácticas y después seguí trabajando con diferentes proyectos. Él no sabía que yo estaba haciendo un proyecto y yo no sabía que él estaría allí. Le interesó y desde allá seguimos trabajando juntos.

 

La película acaba de ser nominada a mejor película en los premios Gaudí. Se presentó en Málaga y participó en el D’A. ¿Os ha sorprendido el interés y el éxito recibido?

Nos ha sorprendido mucho porque no había unas expectativas más allá de aprender, disfrutar y acabarlo. Es un proceso que empieza con otras motivaciones. Después, evidentemente, cuando sabemos que íbamos a Málaga y al D’A fueron todo pequeñas sorpresas. Son proyectos interesantes de vivir porque estás continuamente en un ir y volver, puesto que es un proyecto de universidad y está hecho por exestudiantes y estudiantes y es una cosa para aprender, pero a la vez también estás en una industria profesional y las exigencias y las ambiciones, marean un poco. Sí que constantemente hemos tenido que hacer un ejercicio de ubicarnos y decir: ¿Cómo empieza esta película? ¿Qué tipo de película es? ¿Por qué estamos haciendo esto?, para tener claros nuestros límites, ambiciones y expectativas. Nos ha sorprendido evidentemente, porque no te lo esperas. Pero a la vez es un proyecto en el que confiábamos. De alguna manera, sí hemos salido adelante era porque también estábamos explicando una cosa que podía interesar y que podía conectar con la gente. No nos habíamos preguntado si tanta o tan poca pero, evidentemente, sí que lo crees, no es una cosa solo para ti.

 

¿Te añadió presión el éxito de crítica de las anteriores películas surgidas de la UPF como Las Amigas de Ágata y Júlia Ist?

Por supuesto, en mi caso y en el de la Nuria Roura que es la guionista, hicimos el proyecto juntas. Esto nos afecta muy positivamente. Creo que estábamos empezando a engendrar lo que acabará siendo la película, haciendo esbozos de primeras ideas y en paralelo Las Amigas de Ágata estaba en los cines. Básicamente, te crees que puedes hacer una película. Se ha hecho, ergo, es posible. Cuando no ves las cosas es cómo si no existiesen. En el momento en el que ves que hay gente de tu misma generación y sin experiencia, haciéndolo, conectas con aquello y te dices: quizás se puede hacer. Más allá de que se estrenara en los cines o no. Puedes hacer una película, a veces da miedo decirlo, y que sea interesante. Más adelante, cuando Júlia Ist se suma al carro y tiene una vida más o menos igual de exitosa, de visibilidad y de abrazo del público que Las amigas de Ágata, nosotros personalmente, hicimos un ejercicio para que esto no nos generara presión, sino que nos animara. A veces nos cuesta porque no sabemos gestionarlo. Como Júlia Ist que se estrenó en el D’A con toda la gente de Barcelona, con toda la familia. Piensas: ostras, yo también quiero un pase en el D’A porque aquí es donde tengo a toda la gente.

 

 

Con el éxito de estas películas, ¿crees que la industria se toma más en serio al talento joven?

Si no lo están haciendo ahora, tenemos un problema. Son más de cuatro o cinco proyectos los que están corroborando que no importa lo que hayas hecho o la edad que tengas, puedes hacer cosas interesantes. Si esto sirve para que cualquier persona pueda ir a picar puertas y se le escuche, será cojonudo, porque es lo que tendría que ser. Más allá de esto, hayas hecho lo que hayas hecho y seas quién seas, arrancar proyectos siempre es difícil.

 

¿Qué dificultades te has encontrado como directora novel?

El hecho de estar haciendo muchas cosas por primera vez y no tener las herramientas y la experiencia para saber por dónde irán los tiros. Esto puede ser un problema porque de alguna manera no puedes anticiparte a lo que pasará. Son procesos largos donde no paran de pasar cosas y ahora que ya lo he hecho una vez, habrá muchas cosas que sabré como pueden ir y estaré más preparada. Me lo he tomado todo como un gran aprendizaje y no un problema sino una cosa superexcitante. No ponerme a la altura de gente que tiene mucha experiencia sino intentar cogerme a las herramientas que tengo y a mi proyecto, al cual hemos querido y en el que hemos creído mucho. A partir de aquí, con humildad, a sabiendas de que te estás encontrando con situaciones o gente que tiene mucha más experiencia que tú. Tienes que saber ubicarte. Tú sabes más cosas que yo, pero este proyecto yo lo conozco más. Tienes que cogerte a lo que tienes. Más allá de esto, ¿dificultades? En diferentes aspectos, saber cómo gestionar, teniendo en cuenta que es un proyecto con recursos limitados y a la vez suficientes para hacer la película que queríamos hacer. Saber dónde invertir y poner los recursos que tienes, sobre todo en el rodaje. Donde sí y donde no. Donde podemos ser más humildes y donde merece la pena dar más. En este aspecto fue Nanouk y Ventura Durall quién tomaban las decisiones, porque precisamente era la parte donde no teníamos experiencia y ellos sí. Donde no llegábamos nosotros o yo, teníamos a Nanouk.

 

Se habla mucho de mujeres directoras, parece que se ha puesto de moda. Esperemos que no se pase. ¿Qué crees que se puede hacer para dar más visibilidad a la mujer en el ámbito del audiovisual por parte de los jóvenes?

Hace unos años no pasaba, y ahora sí. Estás acabando de estudiar y ves a mujeres de edades diferentes que están dirigiendo películas, que son directoras de fotografía, produciendo. Creo que esto, el hecho que exista, es lo que lo prueba, no que te lo expliquen. Si tú ves que Carla Simón ha hecho la película que ha hecho y que está pasando lo que ha pasado, no hace falta que te expliquen nada, es obvio. En nuestro caso, de Las Amigas de Ágata o Júlia Ist, lo ves, está existiendo y no te están explicando la teoría. Más allá de esto, hay muchos aspectos a tener en cuenta: ¿Cuántos proyectos se llevan a cabo? ¿Llegan a salas? ¿Qué recibimiento tienen? ¿Qué financiación han recibido? ¿Ha sido equitativa? Son muchos interrogantes que se abren. ¿Cómo se puede dar más visibilidad? Pues en el sector educativo. En el momento en el cual estás formando, que estén pasando cosas, que haya mujeres que dirijan, que reciban apoyo de instituciones, productoras, etc....Y en paralelo es muy importante que en las escuelas de cine se enseñe y se explique, se haga una relectura de la historia y se ponga mucho foco en hablar de directoras o cineastas de las que nadie nos ha explicado nada. Si no te lo explican, no existe. Parece que la historia del cine se ha hecho por hombres. Y no es así. En la escuela de cine nunca nos hablaron de Alice Guy o Maya Deren. Recuerdo que lo descubrimos con una amiga en un proyecto. Queríamos buscar si había directoras que hubieran hecho algo, seguro que alguna debía haber que se decidió a coger una cámara. Esto ha pasado con todas las historias de la humanidad. Pero desde la educación se tendría que hacer mucho este trabajo, replanteárnoslo todo.

 

¿Qué pasa ahora con Sara Gutiérrez? ¿Tienes alguna película en mente?

Yo creo que una cosa de las que he aprendido, que son muchas, es que me quedo con ganas de hacer otra película. Más allá de todas las personas que me llevo que quizás sería lo más importante. Pero, un interrogante con el que empezaba todo era: ¿cuándo acabe todo esto tendrás ganas de hacer una película¿ ¿Realmente te gustará? Y la respuesta es sí. Ahora estoy viendo cómo hacer una nueva película, en muchos aspectos. Haciendo realmente relectura y proceso de todo esto que está pasando y ver cómo me gustaría hacerlo. Con Nuria ya hemos hablado un poco de esto, ahora desde este cierre y final superdulce y superexcitante de Yo la busco, ver: ¿cómo nos gustaría empezar a rodar y a escribir? ¿dónde? ¿con quién? Simplemente, esto.