
Este mes entrevistamos a Rosor Foret, locutora profesional y fundadora de locutorscatalans.cat, una agencia que ofrece voces en diferentes idiomas y registros a proyectos nacionales e internacionales del sector cultural, turístico y audiovisual. Con ella hablamos de su profesión y de este proyecto.
¿Cómo empezaste en el mundo del audiovisual?
Estudié Comunicación Audiovisual en la UPF, entre 2003 y 2007. Después de varios trabajos (mal o nada pagados), empecé a trabajar como periodista para betevé. Primero delante de la cámara, pero poco a poco me empezaron a poner delante y me pedían locutar piezas para informativos y reportajes. En aquella época, para Betevé (BTV) eran muy importantes la fonética, la dicción y la locución, de forma que hicimos varios cursos. Vi que me gustaba y tenía cierta habilidad.
¿Por qué escogiste dedicarte en concreto a la locución?
Fue casual, se me daba bien y fui explorando. No había muchos centros de formación, francamente. Pero un día, una amiga me habló de un Posgrado que hacían en IDEC y decidí apuntarme. Allí establecí las bases, pero no sabía que me acabaría dedicando. Después vino el trabajo grande; entrar en lo mundillo.
Locutors catalans es el primer banco de voces online en lengua catalana. ¿Cómo y por qué nació este proyecto?
Cuando llevaba unos 3 o 4 años dedicándome (parcialmente) a la locución, me di cuenta de que no había prácticamente ninguna agencia de locutores en catalán. En el resto de países había centenares, en muchos idiomas, y muchísimas funcionaban online. De hecho, fue la manera en la que yo empecé a trabajar, desde casa, haciendo búsqueda intensiva de plataformas y agencias que trabajaran a distancia. Y aquí, en Cataluña, no había ninguna.
¿Qué servicios ofrecéis en el mundo del audiovisual, especialmente el del cine y la televisión?
Locutors Catalans funciona como agencia, trabajamos de forma presencial y online con locutores y actores de doblaje en catalán y otras lenguas. Todos los locutores con quienes colaboramos pasan un filtro, no aceptamos candidaturas amateurs. Ofrecemos servicios de locución (y puntualmente de doblaje) al sector audiovisual, turístico y cultural. Es decir, grabamos desde publicidad hasta locuciones para vídeos de empresa, audio-guías, e-learnings, voces en off para documentales, reportajes, cortometrajes, y también megafonías o centralitas telefónicas, entre otros.
Además, también ofrecemos servicios de traducción y corrección de textos, porque es un trabajo muy importante y absolutamente ligado al de la locución. De este modo centralizamos todo el proceso.
Vuestro trabajo es básicamente online. ¿Qué diferencia hay entre un locutor y un locutor online?
La diferencia principal es que el profesional que trabaja online tiene que dominar la parte técnica y la edición de audio. Además, tiene que disponer de un estudio con equipación de calidad (micrófono, previo, tabla de mezclas o interfaz de audio, habitación insonorizada…). A menudo, y ahora todavía más dada la situación que estamos viviendo, los estudios o agencias quieren poder dirigir a los locutores. De forma que conectamos en remoto con la agencia y/o el cliente final para que puedan seguir la grabación. Así que un locutor online, que normalmente está solo, tiene que poder hacerlo todo: controlar la parte técnica, el acting, todo aquello relacionado con la voz, editar las grabaciones y hablar inglés, porque se trabaja mucho con el extranjero.
¿Qué cualidades tiene que tener una voz o una persona que se quiera dedicar a la locución?
Tener una voz bonita no lo es todo, pero sí que es un muy buen punto de partida. Con Locutors Catalans paso castings cada día y las voces más escogidas son las que suenan más agradables al oído, por supuesto. Pero hay voces diferentes, especiales o atípicas, que también se piden.
Para mí, después de 10 años de trayectoria, lo más importante es formarse, sin duda. Mucha gente piensa que locutar es una cosa que está al alcance de todo el mundo, porque todos hablamos. Pero no es así. Hay muchísimas técnicas que se tienen que aprender: colocar la voz, respirar, tener versatilidad con los registros, no hacer cantinela, saber cómo tienes que estar ante un micrófono, entender qué quiere el cliente y saber hacerlo… Por no hablar de la gestión empresarial, porque no dejas de ser un autónomo-todo-terreno y también tienes que llevar la contabilidad, marketing, etc.
¿Y cuáles son las cualidades en concreto para hacer doblaje o poner voz a un documental, por ejemplo?
Si hablamos de doblaje tenemos que empezar otra entrevista, porque es un mundo aparte. La técnica es complicadísima y necesitas muchos años de formación, como actor, y de práctica en sala.
El documental tiene una dificultad diferente, suelen ser textos muy largos y los tienes que grabar en una misma sesión. Pero, como pasa con el cuerpo, la voz se cansa y, si no tienes una buena técnica y el aparato fonador tonificado, te puedes hacer daño. Además, la voz cambia a medida que pasan las horas y se nota muchísimo. A veces, cuando te piden una modificación es muy complicado conseguir que la calidad de la voz sea idéntica al original, haya pasado una hora o dos días. Y esta, para mí, es una de las facetas que demuestra si un locutor es un buen profesional o no.
¿Cómo se tiene que preparar alguien que tenga que locutar por ejemplo una voz en off o hacer un doblaje antes de hacerlo?
En el caso de la locución, que es el que más domino (doblaje he hecho menos y no puedo hablar como alguien que se dedique normalmente), en primer lugar tienes que tener una buena técnica y un buen acondicionamiento, como un deportista, y esto no se consigue con dos días; se va trabajando y no se deja nunca de hacerlo. Cuando te llega un encargo, tienes que leer el texto y ver las imágenes o escuchar la música, si hay. En segundo lugar, tienes que saber qué y cómo quiere, el cliente o la agencia, que abordes la locución. Solemos hablar de estados de ánimo, intenciones, texturas de la voz… esto es muy importante cuando haces publicidad, que es lo más difícil para mí, junto al doblaje. Después tienes que preparar el texto, tomar notas, pautarlo, anotar pronunciaciones de palabras difíciles o que desconoces... Y una vez has hecho todo esto, ya puedes grabar.
Yo normalmente nunca grabo a primera hora, porque tengo la voz y el cuerpo dormidos. Hago deporte, estiramientos o yoga, y después ya me puedo poner. Así que esto también es importante, tener el cuerpo y la voz “alineados” que digo yo.
También has trabajado con el mundo de la publicidad, que rueda mucho en nuestra ciudad. ¿Hay mucha diferencia a la hora de hacer un trabajo para publicidad que para ficción?
La publicidad es la joya de la corona. Para mí es lo más difícil, porque tienes que decir tanto en tan pocas palabras... Parece sencillo, pero esta es la magia, que un buen espot con una buena locución es dificilísimo de hacer bien. “¿Te gusta conducir?” no lo puede decir todo el mundo, no como Luís Posada.
Está claro que hay anuncios más sencillos, menos trabajados, y la voz va en concordancia. Pero las marcas potentes, que hacen espots brillantes, tienen a gente brillante poniendo la voz. Es un territorio complicado de entrar.
¿Qué proyecto te ha parecido más alentador a la hora de trabajar?
Ya hace un par de años que colaboro con Innovamat, un proyecto pedagógico en torno a las matemáticas, en formato multiplataforma, que es una pasada. Son un equipo muy joven, que empezaron hace unos 3 años y han crecido muchísimo. Están además en 300 escuelas en Cataluña y ofrecen materiales para trabajar en casa (cosa que han reforzado estas semanas). Tienen un contenido muy muy trabajado y a mí me ha enriquecido mucho porque lo estoy viendo crecer desde casi el inicio, intentando aportar lo mejor a las voces de todos los personajes del proyecto y de Bmath.
Cuando empezó el confinamiento, puse en marcha la grabación de una serie de audiocuentos que hemos denominado #ContesAntivirals. Están pensados para niños, pero los puede escuchar todo el mundo; pretenden ayudar a hacer más ligera esta etapa que nos ha tocado vivir. Los podéis escuchar en SoundCloud.
¿Cuáles crees que pueden ser las dificultades a las cuales se puede enfrentar un locutor o una locutora en su trabajo?
Hacerse un sitio en el mundo de la locución es complicado. Pero cada vez tendemos más al online, como en otras profesiones, y creo que este cambio de escenario lo hace más democrático. Entiendo también que a alguien que viene del mundo analógico y está acostumbrado a ir a grabar a estudios, le cueste dar el paso y trabajar desde casa, llevar la parte técnica, tener presencia en internet (web, redes sociales, agencias online…). En cualquier caso, la profesión ha hecho un cambio importante en la última década y alguien que se quiera dedicar tiene que poder moverse por este nuevo escenario de forma desenvuelta.
¿El hecho de poder trabajar online es una ventaja en estos tiempos que estamos viviendo a causa del covid-19? ¿Cómo seguís trabajando en esta situación?
Absolutamente, es una ventaja importante. Nosotros trabajamos el 75% de los proyectos online, de forma no presencial, de forma que no nos ha afectado demasiado en la dinámica. Pero sí que es cierto que se está empezando a pedir más la dirección de grabaciones con el cliente conectado, porque los estudios han tenido que cerrar y hasta ahora, cuando se hacían sesiones con el cliente presente, casi siempre se iba a estudio.
No sé si será un hecho puntual o este nuevo panorama, al que nos hemos visto forzados, hará que cambie la dirección de nuestra profesión. Yo he tenido siempre claro que el futuro de la locución era online, pero la publicidad seguía siendo territorio de estudios. Es una incógnita qué pasará a partir de ahora.
Cada vez se consume más contenido de audio en digital, ¿por qué crees que es? ¿Qué crees que aporta al oyente?
Quizás estamos cansados de pantallas. Intoxicados. Pero las llevamos encima, y esto nos permite escuchar lo que queramos, dónde y cuándo queramos. Solo sonido. Yo creo que esta es la clave.
Hace unos años decían que la radio, que es el precedente directo de estos contenidos, estaba condenada a morir…. Pero ha sobrevivido y sigue más activa que nunca, gracias a internet. Porque tiene una cosa mágica (tanto hacerla, como escucharla), porque te acompaña mientras trabajas o paseas o te desplazas, no te secuestra. Es un bálsamo para la mente y para la mirada.