Entrevistamos a Peter Welter Soler, profesional de larga trayectoria. Nacido en 1970, comienza estudiando arte dramático y literatura anglosajona.
Pronto descubrirá que su lugar estará “detrás de las cámaras” y empezará a trabajar en la industria cinematográfica en 1993. En los años 2000 empieza a trabajar como auxiliar producción y dirección para una compañía productora que más adelante se convertirá en Fresco Films. A partir del 2006 Peter se incorpora como accionista de esta productora de service. Ha trabajado como director de producción y productor ejecutivo en proyectos internacionales para televisión así como producciones comerciales. En su haber, destacamos producciones tales como Juego de Tronos para HBO y Emerald City para la NBC Universal. Conversamos con él sobre el tema “estrella” de toda producción internacional, los incentivos fiscales.
- ¿Qué es un incentivo fiscal?
Hay que diferenciar el concepto de “incentivo fiscal” del concepto “subvención”. Un incentivo fiscal no es una subvención (ayuda económica a fondo perdido), sino un estímulo para la inversión a una producción audiovisual que implica un gasto previo con el fin de hacer una película. Los incentivos fiscales son muy positivos. Por cada euro invertido se devuelven 15 céntimos, pero a su vez, supone entre 5 y 6 euros de retorno para el fisco español; estimula la creación de riqueza e influye en la creación de puestos de trabajo. De esta manera el beneficiario final es el contribuyente. Para entender el funcionamiento podemos hacer un paralelismo simple con la manera en que funcionan los supermercados para con sus clientes, es decir, te hago un pequeño descuento si compras dos unidades.
- ¿Qué ventajas hay en acogerse a un incentivo fiscal?
No se trata tanto de ventajas sino de una herramienta imprescindible para captar rodajes en nuestro país. El sector audiovisual vende la Marca España con el fin de atraer producciones extranjeras, sin ellos (los incentivos) nos sería casi imposible vender el destino. Hoy en día la primera cosa que miran las productoras es precisamente el incentivo fiscal que tiene un país, se ha convertido casi en un condición sine qua non.
- Nos ha quedado claro que cuando hablamos de incentivo fiscal, no estamos hablando de una subvención. Por otro lado, el incentivo fiscal lo disfruta la empresa española, pero son las producciones extranjeras las que se benefician, ¿Puedes explicarnos un poco como funciona?
Efectivamente, el incentivo fiscal se computa en España a través del impuesto de sociedades al que está sujeto la empresa española. A nosotros nos parece bien que así sea, puesto que obliga que la producción contrate con una empresa española; no puede venir una empresa extranjera que tribute en otro país y beneficiarse de este incentivo sin tratar con la industria local. Por supuesto los impuestos se quedan en el territorio, la facturación se hace con la empresa de service local (es decir con nosotros); según nuestra facturación y gastos realizados, se nos devolverá un máximo del 15%* en el impuesto de sociedades. El destino final de esta cantidad “ahorrada” es para cliente (es decir la producción extranjera). Si queremos seguir comparándolo con el ejemplo del supermercado diríamos que a posteriori, hacemos un 15% de descuento.
*A fecha de publicación de esta entrevista todo apunta a una subida del porcentaje del aplicado (hablamos más delante de ello).
- Hasta ahora todo parecen ventajas, pero ¿existe algún inconveniente en la aplicación del incentivo fiscal?
En estos momentos las productoras de service (que es el campo en el que se mueve Fresco Films y el que conoce de primera mano* nos movemos en una tremenda inseguridad jurídica. Me explico. Por un lado, el Estado nos utiliza como herramienta necesaria para atraer producciones extranjeras a España (cosa que nos beneficia a todos); por otro lado la forma de justificación de los gastos imputables y deducibles por la vía del incentivo fiscal genera una inseguridad tremenda. Al hacer la declaración-liquidación del Impuesto de sociedades, la productora atribuye unos gastos deducibles del cargo del impuesto en función del incentivo fiscal y con esos datos negocia con el cliente extranjero.
Los expedientes son susceptibles de revisión por parte de hacienda en un plazo de cuatro años. La productora de service se convierte así en una especie de “amortiguador del bache”. En un plazo temporal tan amplio, puede llegar una inspección que indique que algunos gastos presentados no son deducibles. Esta situación puede comportar la devolución de una cantidad de dinero, a la que habrá que sumar los intereses de demora y la subsiguiente multa. En este momento el cliente extranjero se habrá ido con el descuento pertinente y no se lo podremos reclamar. Esta situación obliga a las productores españoles a responder incluso con su patrimonio personal.
*Aclaramos que estamos hablando de las productoras que dan un servicio a las producciones extranjeras y que se rigen por el artículo 36.2 de la Ley que sobre el Impuesto de Sociedades.
- ¿Hay agentes institucionales que os apoyen para intentar cambiar esta situación?
Bueno, más bien digamos que el sector se está movilizando. De hecho las 6 ó 7 grandes productoras de service de España estamos creando una asociación específica para poder abordar estos temas que tanto nos preocupan. Entendemos que para nuestros clientes debemos “vender” seriedad, profesionalidad y estabilidad jurídica.
- ¿Puedes comparar la situación española con otro país europeo?
Pongo como ejemplo a Portugal. El sistema en Portugal es simple y eficaz. En cuanto una producción se da por terminada, la productora local solicita una auditoría externa que se envía al ICA (Instituto do Cinema e do Audiovisual). En un plazo máximo de 20 días el ICA resuelve el expediente en cuestión y lo remite a la hacienda portuguesa. Con el visto bueno del ICA se cierra el expediente sin posibilidad de posteriores revisiones. En cambio nosotros estamos a merced de una posible inspección de hacienda que puede realizarse (como he señalado antes) hasta en un periodo de cuatro años. Por ello comentaba que estamos en una inseguridad jurídica destacable. Hemos intentado solicitar una inspección voluntaria anticipada, de manera que pudiéramos saber a qué atenernos, pero la respuesta ha sido negativa por partes de las autoridades.
- Cuando uno compara el caso español con el resto de Europa, ¿Deduciría que somos el país con la legislación más compleja en este campo?
Desde luego y con diferencia. El sistema español es el que genera más inseguridad y el más complejo. Nunca sabes a lo que atenerte con suficiente antelación. El informe final puede ser aleatorio y depender del agente que te asignen. Sin embargo y a pesar de lo expuesto con anterioridad, nosotros queremos expresar que hemos podido hablar con una inspectora que está dispuesta a escuchar y que una vez comprobado nuestro expediente y verificado que está sujeto a lo establecido por la ley ha realizado un informe favorable. Pero conocemos casos de compañeros en otras latitudes que están teniendo problemas. Lo más importante para nosotros es asegurar que el sistema funcione, que esté mucho más establecido y protocolizado y que en definitiva sea mucho más ágil y seguro desde el inicio. En definitiva, evitar las aleatoriedades.
- ¿Cuánto tiempo hace que se aplica este incentivo fiscal en España?
Entró en vigor el 1 de enero de 2015 y desde esa fecha, el sector se ha organizado para intercambiar información y experiencias; darse consejos mutuos toda vez que organizarse para comunicar nuestras preocupaciones a los responsables del sector público.
- Próximamente el incentivo pasará del 15% al 20%...
Debido a la necesidad de pactar los presupuestos generales del Estado, ha habido iniciativas por parte de un partido político con el fin de mejorar la oferta de los incentivos. Agradecemos el intento, pero en realidad se han quedado a medias. Se ha conseguido un aumento del porcentaje pero no se han conseguido las otras reivindicaciones del sector. Se pidió que se rebajara el mínimo de los 1.000.000€ que está ahora, a 200.000€, puesto que al ser un mínimo tan alto, quedan automáticamente descartadas muchas producciones. En España hay mucho mercado que podría acogerse a los incentivos si se rebajara el mínimo (caso de los telefilms, por ejemplo). Por contra se pidió aumentar el máximo total de los incentivos que ahora está entre los 2.500.000€ y los 3.000.000 €, porque en este caso excluimos también las grandes producciones de Hollywood, por qué, ¿De que les sirve invertir en España una gran cantidad de dinero si el máximo reembolsable se sitúa entre estas cifras? Un film estadounidense de 100.000.000€ nunca desembarcará en España cuando tiene un tope de 3.000.000€ y obviamente se irá a otros países en dónde este límite ronda los 20.000.000€
- Cuando se discuten estos temas, ¿nuestros legisladores consultan a los expertos y profesionales para legislar de una manera adecuada?
Creo en la buena voluntad de los legisladores, pero también creo que no se consultan a los productores profesionales que finalmente, serán los que deberán lidiar con el tema. Siguiendo con el ejemplo de Portugal te diré que cuando vas a informarte sobre el tema de los incentivos fiscales, te dan un dosier de unos 30 folios en donde aparece toda la información relevante sobre el tema. Cuando uno consulta la información disponible en el caso español, se encuentra con apenas un párrafo inscrito en la ley correspondiente. Consultados los agentes intermediarios, te remiten directamente a la ley publicada. No realmente no son de mucha ayuda.
- ¿Crees que sería interesante reunir al sector y ver cómo se podría ordenar, desde las instituciones públicas?
Lo único que creo que nos puede beneficiar a todos, en verdad, es el diálogo y el intercambio de pareceres. Cara a cara la gente se entiende y se encuentran las soluciones a las posibles adversidades. Pondré como ejemplo la experiencia que tuvimos rodando en Girona una parte de la sexta temporada de Juego de Tronos. Teníamos una reunión semanal con todos los agentes implicados: ayuntamiento; asociaciones de vecinos; asociaciones de comerciantes… y el resultado fue magnífico y muy gratificante.
- Por último queremos preguntarte sobre los rodajes en la ciudad de Barcelona. ¿Resulta complicado venir a Barcelona a filmar una producción, como Emerald City o Der Barcelona Krimi?
La experiencia es totalmente positiva. Los profesionales somos conscientes de las dificultades que puede albergar una ciudad que acoge tantos rodajes (no sólo de ficción sino también publicitarios) y que debe compaginar la ocupación del espacio público con otras actividades así como el funcionamiento habitual de una ciudad repleta de actividades al aire libre y “congestionada” por los turistas (al menos en algunas áreas). Sería bueno poder hablar con las instituciones y buscar una solución sin perjudicar ni al sector ni a los ciudadanos.