Patrick Salvador: “La dirección de arte es una lucha constante entre el deseo y la realidad”

28/09/2017

Hijo de fotógrafo, vivió a pie de rodajes desde pequeño, impregnándose de este mundo. En esta entrevista con el director de arte Patrick Salvador hablamos de lo que significa su trabajo.

 

Primero de todo, explícanos un poco en qué consiste el trabajo de un director artístico. Porque tiene muchas vertientes: desde el diseño y construcción de decorados, el atrezo, adaptar decorados ya existentes.

El director artístico es, junto al director de fotografía, el responsable de la parte visual de la película. El director de arte piensa, busca, diseña y decide lo que se ve, y el director de fotografía como se ve. Cada película es un viaje concreto a un mundo concreto. Encontrar esa respuesta es a lo que nos dedicamos. En películas de época y futuristas de manera textual (pues recreamos un determinado pasado o inventamos un futuro), y en el cine que ocurre en la actualidad de manera más subjetiva. Es igualmente (o incluso más) importante trabajar estética y visualmente este tipo de películas, pues sin un control estricto de lo que se ve, es imposible crear la atmósfera, el tono que ayude a que la película sea única y especial.

 

¿Cómo empezaste en la dirección artística?

Soy hijo de fotógrafo y, por ello, me crié en un plató, mis días preferidos trascurrían sujetando cajas de flashes yendo de paquete en la Vespa de mi padre, camino de un rodaje o una localización. Por mal estudiante me pusieron a trabajar de auxiliar de plató sin sueldo en una productora de publicidad con 15 años (eran otras épocas...). Ya nunca quise volver a salir de ese mundo. Quedé completamente envenenado.

De auxiliar de plató pasé a auxiliar de producción (a la vez que hacía de ayudante de dirección en cortos). De ahí conseguí pasar a atrezzista y ayudante de directores artísticos (siempre en publicidad). Poco a poco me empezaron a dar trabajos de director artístico en pequeños anuncios. Con el tiempo acabé haciendo anuncios grandes, y eso me llevó a hacer, por fin, mi primera película como director artístico: Hierro, de Gabe Ibáñez, en 2008.

 

¿Qué te atrae de este trabajo?

El reto de pensar, crear un mundo completo, cerrado, autónomo para cada película. Encontrar el tono, la clave que responda a todas las preguntas que se hace el director, el guion o los personajes. Y utilizar todas mis aficiones (obsesiones) para responder a esas preguntas: la pintura, fotografía, arquitectura, literatura, música, cómic.

 

¿Cuál es el primer paso en el trabajo de un director de arte cuando empieza el proyecto?

Leer el guion y conocer al director. Intentar descifrar con él el tema (no la trama) de su película. De qué quiere hablar. Dar rodeos con él. Conversar, intentar dar con pistas de lo que ve o se imagina. Evitar a toda costa, después del primer encuentro, hablar de películas determinadas como referencia concreta de trabajo. Utilizar los recursos descritos en la respuesta anterior con el fin de encontrar claves para empezar a montar el puzle de una película nueva, que no se haya hecho antes.

 

Trabajas en estrecha relación con el localizador, el director y el director de fotografía. Tú tienes una idea basada en el guion de un decorado, de esa idea a la realidad, ¿hay muchas diferencias?

Siempre intento empezar a trabajar con el localizador una vez he confeccionado dosieres de referencias de los espacios tal como me los imagino (y ya aprobados por el director, obviamente). Son el mejor punto de partida para que el localizador entienda lo que buscamos. A veces es funcional, tan sólo como punto de partida. El localizador tiene mucho que aportar al respecto. No pocas veces me descubren sitios con el tono o espíritu de lo que creo que necesitamos, pero en una forma completamente diferente.
En esas primeras fases de búsqueda el director de fotografía normalmente no está incorporado, pero se tienen en cuenta las necesidades que pueden tener. Hay una comunicación puntual con él para asegurarnos de que todos los jefes de departamento vemos (o intuimos) lo mismo.

 

¿Qué dificultades te puedes encontrar generalmente en tu día a día?

La dirección de arte, en su fase ejecutiva, es una lucha constante entre el deseo y la realidad. Después de una fase de diseño en que buscas, diseñas y recopilas lo que mejor vestirá a la película (siempre en parámetros realistas respecto al presupuesto que se te ha dado), toca llevar a la práctica todo lo pensado. A partir de ahí, el departamento de arte se romperá los cuernos para llegar lo más cerca posible de la idea original. La realidad de lo que existe y encuentras y te puedes permitir y lo que puedes fabricar por tiempo o presupuesto determinará el punto en el que te quedarás de lo que habías imaginado.

 

¿Qué mejorarías de la profesión?

Creo que se infravalora el valor del tiempo dedicado a la fase de desarrollo del proyecto. Una incorporación más temprana de lo que habitualmente se calcula, permitiría ser más asertivo, efectivo, con los recursos disponibles. Llegar a la preproducción con el proyecto diseñado te ahorra dinero y hacer que te acerques más al objetivo visual que te has marcado. Llevarás la película más lejos en su propuesta a todos los niveles.

 

¿Cómo se crea la identidad de los personajes a través del arte?

El espacio y los personajes que transitan la película deben estar conectados. Al diseñar la casa de un personaje se parte de su perfil como guía i/o punto de partida. Su personalidad, su profesión, su situación familiar, sus aficiones, sus neurosis, se utilizan para diseñar el espacio en el que vive. 

 

Supongo que el atrezo es muy importante y tienes que cuidar hasta el más mínimo detalle.

En este proceso de creación, yo intento responder a todas las preguntas de mayor a menor escala: ¿Cómo es el mundo de la película? ¿Cómo es la ciudad y sus edificios? ¿Los comercios? ¿Los coches? ¿Las casas? ¿Cómo son los interiores de esas casas que veremos? ¿Qué muebles tendrán? ¿Qué revistas? ¿Qué libros? ¿Escuchan música? ¿Tienen cortinas? ¿Cómo son los ceniceros? ¿Dónde y cómo cenan? ¿Qué teléfono tienen? ¿Dónde guardan el dinero de mano? ¿Cuándo se les funden los plomos de la casa, dónde guardan la linterna y cómo es esa linterna? ¿Qué guardan en sus mesitas de noche? Todo eso es importante.

 

¿Qué diferencias hay entre crear un espacio de nuevo y adaptar uno que ya existe? ¿Qué retos te supone?

Aunque en principio crear de cero te acerca más a lo que imaginabas, y tienes una mayor sensación de libertad, el trabajo con localizaciones reales es también muy interesante, pues te obliga a formular soluciones visuales que no hubieras planteado si empezaras de cero. A partir de una envergadura de edificio o espacio, deberás pensar en un sitio real y modificarlo o adaptarlo, sea con intervención real o virtual (3D). Otra diferencia básica es que, construyendo de cero, diseñas en coordinación con el director de fotografía para que la luz trabaje a favor del espacio. La intención de la luz es mucho más controlable. En un espacio real, el director de fotografía está más limitado a la geografía del lugar. En esos casos, el diseño puede ayudar a crear las soluciones de luz necesarias para que el director de fotografía haga su propuesta de iluminación.

 

¿Cuál ha sido tu mayor reto profesional?

El año pasado, rodando El Secreto de Marrowbone. Convertir Asturias en un punto indeterminado del noreste de Estados Unidos durante 1969. Convertir un palacio de piedra del siglo XV en una granja de madera de 500 m2 cerrada en 1929. Y crear la calle principal de un pequeño pueblo de esa costa en Oviedo.

 

¿En qué crees que puede ayudar en tu trabajo la Barcelona Film Commission?

Por su contacto con las instituciones, puede hacer que tengamos acceso a espacios a los que, de otra manera, no tendríamos acceso. Esa capacidad amplía y mejora los recursos visuales que el director de Arte puede ofrecer a los directores y, por ello, mejorar la factura, la envergadura general de las películas.

 

¿En qué estás trabajando en estos momentos y qué dificultades te has encontrado?

Actualmente estoy preparando la primera película de David Victori con Ikiru Films. Un thriller con elementos sobrenaturales (o no), en la que utilizamos Barcelona para hacer una ciudad nueva, insólita.

 

¿Cuáles son tus futuros proyectos?

Estoy involucrado en el desarrollo de un proyecto de vocación internacional con la productora Nostromo. Un proyecto tan bonito y ambicioso que me da reparo hablar de él.

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