¡Entrevistamos a Lluís Botella!

29/12/2014

Este mes entrevistamos a uno de los localizadores más activos del panomara audiovisual español.

Cuáles fueron tus inicios en el mundo de los rodajes?

Empecé con mi padre. Tanto él, como su padre fueron chofer de actores. Mi abuelo llevó a Kirk Douglas durante la película “El faro del fin del mundo”. Así fue como empecé, de conductor de actores, cuando tenía poco más de 19 añitos.
El hecho de estar siempre en la parte más “creativa” de la industria me empujó a buscar mi sitio como localizador. Bien, en aquellos tiempos no existía la figura del localizador como tal. A mí me gustaba, y aún me gusta, tomar parte activa en la creación del proyecto y, encargarme de buscar lugares donde finalmente se ruedan las películas, así me lo permite.

¿Cuál crees que es el principal atractivo que podemos ofrecer a los productores internacionales para que vengas a filmar a Barcelona? ¿Qué tipo de localizaciones son las que más te piden los clientes extranjeros?

Siempre he pensado que principalmente venían a rodar a Barcelona por las localizaciones, pero el tiempo y la experiencia me ha enseñado que lo que finalmente hace que vengan a filmar a la ciudad es una combinación entre las localizaciones, los equipos humanos, la climatología, los proveedores, etc.
Lo que más me piden los clientes extranjeros suelen ser localizaciones exteriores como calles, parques, carreteras y playas, que combinan con espacios interiores como casas, bares, tiendas, etc. Ciertamente suelen ser todos aquellos lugares que en cierto modo se asocian a situaciones de la vida diaria.

Tú has trabajado tanto para grandes producciones de cine como de publicidad. ¿Cuáles crees que son las principales diferencias entre los requerimientos y necesidades de unas y otras?

Creo que son dos actividades bastante diferentes, con diferentes objetivos y requerimientos, como por ejemplo, el tiempo de preproducción y producción para llevar a cabo unas y otras: los anuncios se hacen con muy poco margen de tiempo de preparación, y se ruedan en pocos días, aunque sean de gran dimensión. En cambio, las películas necesitan más tiempo. El equipo humano es mucho más numeroso en las producciones cinematográficas, así como la infraestructura necesaria también es mucho más generosa, a veces incluso escandalosamente inadecuada diría yo, para una ciudad de las dimensiones de Barcelona.

Son tantas las diferencias, que cuando más lo pienso, tengo la sensación de estar hablando de dos trabajos completamente diferentes.

De la misma manera que la implicación de la Film Commission en ambos casos ha de ser por fuerza diferente. En el caso de un spot publicitario es necesaria la intervención puntual, concreta e incisiva; una sola maniobra flagrante para que el rodaje tire adelante. Pero en el caso de las grandes producciones se requiere de mano izquierda, capacidad para explicar las cosas y darse e entender; es un trabajo de acuerdos y alianzas.

¿Cuál ha sido el rodaje más sorprendente y espectacular que has filmado en Barcelona? ¿Y el más complicado?

Me siento especialmente satisfecho de aquellas campañas de la Lotería de Navidad con el personaje del “Calvo”, y de una película en concreto, Fausto 5.0 de la Fura dels Baus.

Como localizador, ¿Qué esperas de una Film Commission?

Que entienda nuestro trabajo y nos apoye, sin entrar en conflicto con el resto. El trabajo de la Film Commission consiste en mantener un difícil equilibrio entre el sector audiovisual y el resto de sectores, tanto en el ámbito público como privado. Yo espero consejo, ilusión, dedicación, que me expliquen y que expliquen a los profesionales que vienen a rodar como funcionan algunos de los mecanismos del sistema. En definitiva, que nos den algunas de las claves para que nosotros podamos llevar a cabo nuestro trabajo. Y para acabar, que dediquen todo el tiempo del mundo a explicar a los demás, no solo a aquellos que a priori nos pueden ayudar, las ventajas de subirse al carro de los “titiriteros”.