Dani de la Orden: "Rodar una película no tiene sentido, si no encuentras la historia perfecta y apasionante"

16/12/2015

El director de cine Dani de la Orden, graduado en la Escuela Superior de Cine y Audiovisuales de Cataluña (ESCAC), estrenó este mes de diciembre el film Barcelona, ​​nit d'hivern.

Dani de la Orden se graduó en la especialidad de Dirección en la Escuela Superior de Cine y Audiovisuales de Cataluña (ESCAC). Ha dirigido varios cortometrajes, entre los que destacan Luciano (seleccionado en múltiples festivales) y Nadador (preseleccionado a los VI Premios Gaudí). Barcelona, nit d'estiu (nominada a la mejor película en los Premios Gaudí) fue su ópera prima en el mundo del largometraje y se ha convertido en un gran éxito en Cataluña. Paralelamente desarrolla una interesante carrera en el mundo del videoclip (David Bisbal, Joan Dausà, Els Amics de les Arts...) y la publicidad, donde ha trabajado con empresas como Damm, McDonalds, BBVA, Inditex, Intermón Oxfam... Su último film Barcelona, ​​nit d'hivern, estrenado en los cines este mes de diciembre ha obtenido un gran éxito de público y de la crítica. ¿Su objetivo? Contar historias universales, cercanas y que emocionen a la mayor cantidad de espectadores posible.

 

- ¿Por qué escogiste Barcelona para rodar las dos películas?

Yo quería que la película fuera cercana, que la gente la sintiera suya. También evidentemente fue por un tema low cost, yo no podía ir a rodar fuera de Barcelona. Es mi ciudad, vivo aquí y me encanta. En este sentido fui bastante realista, rodar en Barcelona era una necesidad y tenía que estar aquí, sí o sí. ¡Pero es que tenemos la suerte de que Barcelona es preciosa! Además, está abierta internacionalmente y dispone de muchas facilidades, tiene muchísimos puntos y lugares bonitos y, lo que es perfecto para un director, yo mismo conozco todos estos espacios, esto es un punto a favor.

 

- ¿Qué tiene Barcelona que no tiene otra ciudad?

¡Muchas cosas! Barcelona es una gran ciudad, bonita y cercana. Es una ciudad que tiene unas calles preciosas, muy bonitas. Ofrece paseos muy íntimos, como por ejemplo en el Born. Y ofrece a la vez un contraste muy grande. Es una ciudad elegante, pero a la vez muy joven. Lo tiene todo: mar y montaña. Es muy variada, evidentemente que no es Nueva York... pero ofrece muchísimas historias por contar.

 

- Y tú ¿qué imagen de la ciudad querías dar a conocer en las dos películas?

Pues siempre he querido dar una imagen de la ciudad positiva, luminosa, mágica. Una ciudad donde puede pasar todo lo que siempre hemos soñado. En este caso, no me interesaba hacer un retrato real de la situación, sino de una ciudad idealizada. De eso se trata en las comedias románticas, ¿verdad? Quería mostrar una ciudad donde puede pasar todo lo que aspiramos, que los espectadores crean que les puede pasar lo que les pasa a los protagonistas del film.

Pero también quería que fuera una ciudad cercana. En realidad, es un equilibrio entre lo próximo y que todos conocemos y aquello idealizado y precioso de la ciudad. Una ciudad cosmopolita y moderna que ofrece más posibilidades, aparte de la gran oferta de ocio y de fiesta. Y siempre evitando un retrato social de la ciudad, huyendo de la Barcelona más turística.

Es verdad que esta faceta aparece de fondo, pero no es la principal. Yo más que retratar la ciudad, quería mostrar cómo es la gente de Barcelona y esto debe hacerse siempre de manera muy cercana. Por ejemplo, grabar en la Plaza Sant Felip Neri. Es una plaza muy céntrica, pero está situada en un punto que no viene de paso. Mucha gente no la conoce, pero es una de mis preferidas. Lo mismo ocurre con los callejones del Born, del Raval... estos son los verdaderos espacios de los barceloneses.

 

- ¿Cuáles son tus proyectos futuros?

Pues este año que viene estrenamos la comedia El Pregón, con Berto Romero y Andreu Buenafuente. Y ahora mismo estoy en busca de nuevas historias. Mientras tanto, me gusta mucho rodar publicidad, así que en continúo haciéndolo, hasta que encuentre la historia perfecta para la próxima película, que debe ser una historia que me apasione mucho y que la sienta muy mía. Si no, no tiene sentido rodar.

 

- ¿Qué opinas sobre la proyección de la ciudad de Barcelona como plató de cine?

Pues la verdad es que cada vez que veo el cartel y las vallas de un rodaje... eso de "disculpen las molestias, se está rodando" me alegro mucho. Un rodaje genera economía, está muy bien para una ciudad, yo creo que se deben facilitar los rodajes. En realidad, en cada rodaje se contrata a los profesionales técnicos de aquí, gran parte del equipo es de aquí. Por ejemplo, pasó con el film The Gunman. Trabajaba mucha gente de Barcelona, ​​y esto genera mucha economía en el sector, entre muchos otros ámbitos.

 

- Como director de cine, ¿qué opinas del trabajo de una Film Commission?

Es esencial porque es el único nexo que tenemos con la administración y todo el mundo sabe que este trabajo siempre es muy lento y una Film Commission es un interlocutor indispensable. Ellos también apuestan por la película, creen en la película, y eso nos facilita mucho el rodaje. Tiene un papel esencial y ojalá se pudieran involucrar aún más.

Además, otro papel muy importante de la Film Commission es que está muy bien a nivel de archivo de localizaciones, de repositorio donde poder elegir dónde grabar. Ellos tienen ya un abanico de localizaciones de rodajes, no sólo las típicas. Hay mucho donde elegir y nos facilitan encontrar el espacio exacto que estamos buscando. Esto es una gran ayuda.

 

- En Barcelona, nit d'hivern, tu último film, ¿cuál es el momento que recuerdas que generó más trabajo y dedicación con la Barcelona Film Commission?

Sin lugar a dudas, ¡cuando grabamos la escena que ocurre durante la Cabalgata! Fue una escena que requería mucho trabajo, ¡fue muy intensa!

 

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