
Este mes entrevistamos a Miquel Àngel Pintanel, documentalista de la Filmoteca de Catalunya especializado en archivo fotográfico y comisario de la exposición "Las claves de la foto fija: cine español, años 40", que podéis ver en la Filmoteca hasta el día 13 de junio. Con él hablamos de la exposición, de su profesión y en concreto de la foto fija.
Explícanos un poco en que consiste tu trabajo a la Filmoteca de Cataluña. ¿Cuántos años hace que trabajas?
Desde el año 99 y ya empecé a tratar el fondo fotográfico de la fototeca. Primero en el archivo de cine que es donde estaba anteriormente, y ahora en el Raval, en la sede de la Filmoteca central que es donde tenemos todos los depósitos. Lo que no es cine, puesto que lo que es cine está en Terrassa. Sobre todo, lo que hago es catalogar las fotografías. Como tenemos tantísimas, hemos empezado con el cine catalán, después el cine español y cuando podamos acabaremos la parte del cine europeo. Siempre decimos, en broma, que los americanos se lo tendrán que hacer ellos, que ya tienen muchos medios para hacerlo.
¿Cómo te empezaste a interesar por la fotografía? ¿Y por qué te decantaste por esta profesión?
Estudié historia del arte y me especialicé más bien en cine. Empecé a trabajar en la Filmoteca, a través de esta relación con el cine. Cuando entré me ofrecieron el fondo fotográfico, que evidentemente es foto fija, pero está muy relacionado con el cine. A partir de aquí, la especialización fue por la práctica. De hecho, es solo un pequeño cambio. Hay una anécdota que explica el director de cine Robert Bresson sobre esto. La película que estaba haciendo no iba mucha bien y le preguntó al foto fija: “¿Cómo está yendo tu película?”. En el fondo, hasta los años cincuenta o principios de los sesenta, la foto fija era como una película paralela.
Para una persona que no sepa que es. ¿Qué quiere decir cuando hablamos de foto fija?
De hecho, tenemos un problema. En cine a menudo se usa la misma palabra para diferentes cosas. Como la palabra foto fija. Se llama foto fija a quien hace la foto fija, o sea, la persona que hace las fotografías. El producto que hace se llama foto fija y la profesión también. Entonces cuando hablamos de foto fija como profesión es fácil distinguir, porque es un fotógrafo que estaba contratado durante el rodaje y que hacía diferentes trabajos. El principal es evidentemente hacer las fotos fijas, pero hacía también otros. Por ejemplo, antes del rodaje. En preproducción hace fotografías de los decorados para ver cómo quedarán en pantalla. Pero su trabajo principal, al menos en la época “dorada”, los cuarenta y principios del cincuenta, era hacer fotografías del rodaje. No mientras se rodaba, sino en los descansos. Cuando ya habían acabado de rodar una escena, se les decía a los actores y a los técnicos que estuvieran por él para hacer una fotografía que se asemejara a la película, pero muchas veces no era exactamente igual que la película. Estas fotografías son las fotos fijas.
Muchas veces, la foto fija explica una historia diferente, ¿quizás otra visión de la película como comentabas con la anécdota de Bresson?
Más que una visión diferente, lo que tiene que hacer es un resumen de la película. Por ejemplo, las películas normalmente están rodadas en planos cortos, plano contra plano, habla una persona. A menudo en el cine lo que se hace es explicar esto con planos diferentes o moviendo la cámara. Muchas veces, lo que tiene que hacer el foto fija es poner en una sola fotografía una secuencia o incluso dos. Hace una cosa que es diferente de la película, pero siempre tiene el referente de la película.
¿Cuál es el fondo de la Filmoteca en cuanto a foto fija?
Tenemos cerca de un cuarto de millón de fotografías, sobre todo negativos. Tenemos algún otro fondo con positivo, pero gran parte son negativos fotográficos. La mayoría son las fotografías que los productores dejaron en los laboratorios cuando se hizo la película. Es un placer tenerlas, pero también da un poco de pena porque quiere decir que los productores las dejaron en el laboratorio.
¿No las consideraron importantes?
No. Porque el cine era, no diré como se dice en castellano “de usar y tirar”, pero un poco. La película se estrenaba, se reestrenaba, iba a lo que se denominaba circuito de provincias y aquí se había acabado su carrera comercial. Cuando empieza a llegar el video y la televisión por cable, sobre todo, sí que tiene más recorrido, pero en aquellos momentos, la película la hacían para tener una explotación de dos o tres años, se olvidaban y hacían otra película.
¿Qué tipo de usuarios usan el fondo de la fototeca de la Filmoteca?, suponemos que hay usuarios profesionales y no profesionales.
Ahora ha cambiado mucho. Hace unos años eran solo historiadores o gente muy especializada, también a veces gente que hace publicaciones, los que hacen documentales si no encontraban películas probaban de ver si había alguna fotografía. Ahora la suerte es que con la digitalización tenemos un repositorio digital en la Filmoteca y todo el mundo puede acceder. Eso sí que está difundiendo mucho más el fondo. Y también con la exposición hay muchas personas que están descubriendo que en la Filmoteca hay fotografías. La gente piensa que solo tenemos películas, pero hay mucho más: objetos de museo, promos, sellos, carteles, ... Puede haber 900.000 objetos en la colección, aparte de las películas.
¿Se acerca la Filmoteca a tu idea de una fototeca ideal o todavía queda por hacer?
A veces te echas piedras en el tejado y piensas que sí queda trabajo por hacer, pero cuando vamos a congresos o encuentros de filmotecas, vemos que la mayoría tratan muy bien el cine, la parte fílmica, lo que son las películas. Pero toda esta parte de fototeca, de archivos personales, ...Somos de las filmotecas, no diría del mundo, pero sí de Europa, que lo trata mejor. Y de España por supuesto. Siempre se puede mejorar, evidentemente. Querrías más personal, más herramientas, más de todo. No es por presumir, pero en la Filmoteca de Cataluña estamos bastante contentos.
También eres el comisario de exposiciones de fotografía. ¿Cómo se muestra este fondo en una exposición? ¿Cuál es tu trabajo entonces?
Evidentemente, hay un trabajo que hace años que ha empezado, porque si no catalogas no podrías difundirlo. Primero se tiene que decidir qué parte de los fondos quieres exponer. Empezamos hace cinco años con una exposición de los años 30 con fotografías del fondo “Reproducciones Sabaté”, que es un fondo de los más directos y muy cerrado, puesto que el productor dejaba el material allí. Por eso es muy fácil trabajar con él. Después de los años treinta, hemos seguido cronológicamente. Ahora estamos con los cuarenta. Una vez decidida la parte que quieres mostrar, tienes que hacer una elección de fotografías. Pero no hacerla de las fotos más bonitas, que sería la opción más fácil, sino intentar ver qué une estas fotografías. Una de las cosas que hemos intentado es que las fotografías tengan algún vínculo en común. A pesar de que a veces es difícil, porque alguna es interesante por la composición, pero también por la iluminación. Todas tienen algún punto de interés. Me parece que en este caso teníamos 3500 fotografías para elegir y de estas tienes que elegir las que puedes exponer. Yo siempre expondría más, pero supongo que la gente se volvería loca de tanta fotografía.
¿Cuáles son las principales dificultades que te puedes encontrar a la hora de comisariar esta exposición?
Una de las más grandes es esta que comentaba: limitarte. Cuando el fondo es tan interesante, lo expondrías todo. Y no es posible. Después otra es producto de cómo fue el trabajo del foto fija y cómo decayó. Hay muy poca información de los propios fotógrafos. Una de las partes de la exposición la denominamos “La cara oscura de la foto fija” porque desgraciadamente una de las cosas de las cuales sabemos menos es de la vida de los foto fijas. Además, ha habido la dificultad añadida que durante el 2020 yo tenía que ir a diferentes archivos a buscar información sobre foto fijas y nos ha enganchado una pandemia por medio. Probablemente, si hubiera podido investigar durante el 2020 tendríamos más información. Fui a la Filmoteca de Madrid en febrero, tenía que volver en marzo, pero evidentemente no pudo ser.
Es curioso que no haya tampoco mucha bibliografía científica. Pasa muchas veces cuando un campo se queda entre dos disciplinas. Es muy difícil porque está entre el cine y la fotografía. Entonces, la persona que vaya a investigar tiene que tener conocimientos de las dos. Por ejemplo, hay otra disciplina que es la música de cine que sí que ha encontrado investigadores que han investigado, pero por lo que sea la foto fija no ha sido ni bastante golosa para los de fotografía, ni para los de cine.
Emili Godes, Salvador Torres Garriga son algunos foto fijas. Se sabe muy poco de ellos, ¿son los grandes desconocidos?
Algunos no, porque hicieron otros trabajos. Por ejemplo, de los importantes, Emili Godes era conocido como fotógrafo. Salvador Torres Garriga fue un director de fotografía muy importante. Y tenemos algún caso más curioso que por eso tenemos más información. Valentín Javier que era productor, escritor y hacía mil cosas, también hizo de foto fija puntualmente. Conocemos cosas de él, pero no como foto fija, sino por el resto de los trabajos que hizo.
¿Había alguna mujer?
En los años cuarenta no. A partir de los años cincuenta sí. Creo que Joana Biarnés empieza en el 56, fue una pionera de la prensa fotográfica y también de la foto fija. Después sí que hay algunas mujeres, pero también tenemos poca información. De alguna tenemos más como Montse Faixat o Colita que ya conocemos más, pero ya son posteriores. Empiezan a partir de los años sesenta. Y también si los fotógrafos fijas son desconocidos, las fotógrafas fijas ya ni te digo. Menos de Joana Biarnés, Colita y Montse Faixat, que hacen otras cosas, de la mayoría es muy difícil sacar información.
Ahora mismo podemos ver en la Filmoteca la exposición Las claves de la foto fija: cine español, años 40. Mencionas que esta es la época dorada de la foto fija, ¿por qué lo era?
Es el último momento en que realmente se pueden hacer las fotos con mucha calma. A partir del año 51 el cine empieza a cambiar mucho. Se empiezan a hacer rodajes exteriores, películas más naturalistas. Cambia un poco la forma de hacer cine y, evidentemente, la forma de hacer foto fija. En los años treinta, que es el otro periodo que habíamos tratado en otra exposición, las fotos ya eran muy buenas, pero no se ve lo que se puede ver en los años cuarenta como composiciones en triángulo, formas de utilizar herramientas de la pintura... Toda una serie de cosas que, si no tienes, aunque sea, dos minutos para hacerlas, no puedes hacerlas. Y dos minutos en un rodaje es mucho de tiempo. Porque los rodajes son una locura. También, aparte de la industria, hay motivos técnicos y uno de ellos es que el material que tenemos, son placas fotográficas de 18x24, que son estas típicas cámaras grandes que la gente se pone detrás tapada para mirar. Con estas cámaras, no puedes hacer una foto de “me pongo y disparo”. Es una forma de trabajar diferente. También a partir de finales de los cincuenta empieza la fotografía instantánea, que ya cambia mucho el panorama y por eso, los cuarenta se pueden considerar una época dorada de la foto fija.
¿Ha cambiado mucho de lo que es ahora por ejemplo a lo que se hacía entonces? Quizás antes era más un arte.
Ahora también hay muy buenos fotógrafos, pero la forma que tienen de trabajar es durante el rodaje, no durante una pausa. Sí que todavía se hacen algunas fotografías como antes como para el cartel, por ejemplo. De los años cuarenta nos podemos encontrar que en una de las cajas que tenemos hay 48 fotografías. 48 fotos en un rodaje y hechas durante las pausas son muchas.
¿Qué podremos ver a la exposición que tenéis actualmente? ¿Cómo lo habéis dividido para explicar la foto fija en los 40?
Hemos hecho una parte más didáctica al inicio de la exposición. Para poderla hacer así, hemos comparado primero con las películas, poniendo cuatro pantallas donde se pueden ver diferentes formas de convertir la película en otro tipo de material. Hay una muy sencilla como resolver el plano contra plano como hablábamos antes. Y hay otras donde se puede ver cómo el foto fija añade personajes a la fotografía que no salen todos juntos en la película. Incluso hay un caso más extremo donde junta dos secuencias dentro de la misma fotografía. La siguiente parte es compararlo con su referente principal, aparte del cine, que es la pintura. Para ver cómo están compuestas, hemos puesto las líneas de composición en las imágenes, para que la gente entienda cómo se hacía. Esto lo he visto en alguna visita guiada. La gente sabe que las fotos son muy buenas, pero no sabe decir por qué. Una de las cosas que te dice esto es ver cómo es la composición. Por ejemplo, cuando hay personas en la fotografía, se miran entre ellas. Y si te fijas ves que relaciona a los personajes unos con otros gracias a las miradas. Son cositas que quizás las intuimos, pero que hemos intentado explicarlas. También hemos hablado de profundidad de campo, de la manera de iluminar. Y después a partir de este primer ámbito, están las fotografías para verlas cómo se verían normalmente en una exposición, más libremente, pero intentando que se pueda aplicar lo que se ha aprendido antes. A veces a la población en general le falta cultura visual. Tendría que haber más exposiciones que nos explicaran estas cosas.
La iluminación también juega un papel importante en la disposición del material.
En la foto fija es muy importante la forma de iluminar, por eso hemos intentado también reflejarlo. Ya veréis al entrar que es una exposición muy luminosa, incluso bastante más que la media. Hemos intentado que se oscurezca un poco cuando se llega a la parte de los foto fijas, porque como hemos dicho es la parte oscura, desgraciadamente, de la foto fija. Y al final de la exposición tenemos una pequeña cámara oscura, que normalmente no se puede ver, con los negativos fotográficos. El material que hicieron los foto fijas. También nos ha ido bien por motivos de conservación de los negativos, puesto que no podían estar muy iluminados. Se echan a perder con la luz. Tiene una parte poética, pero también una práctica. Se tiene que ir con mucho cuidado con la luz. Normalmente, se nota más en una exposición de pasteles o de pintura más delicada que siempre está más oscura. Las pobres fotografías también tienen que estar a oscuras.
También hacéis visitas guiadas a la exposición.
Los miércoles. Las hago yo mismo. A las 12, a las 16 y a las 18. A mí me gusta hacer la visita guiada, primero porque me gusta, pero también porque aprendo mucho. Hay muchos puntos de vista diferentes y hay cosas en las cuales no te fijarías y que te hace fijar gente que a veces es neófita. Porque te hacen una pregunta que es evidente y que, tú que has visto las fotografías centenares de veces, no te has visto. O lo sabes, pero no lo has explicado nunca hasta que te preguntan. Para mí es fantástico hacer visitas guiadas. Solo te tienes que inscribir a través de la web de la Filmoteca enviando un correo electrónico.
¿Cuál será la próxima exposición?
Todavía no estamos preparando nada. La Filmoteca sí que hará unas cuantas más próximamente, pero no de fotografías de su fondo. Es un trabajo que tiene que ser como una fruta madura. La exposición la tienes que hacer cuando ya has catalogado, y no solo esto, sino que has revisado las fotos, sabes el material que tienes. Son cosas que llevan tiempo. Por ejemplo, para hacer las comparativas con las películas, tienes que ver las películas con calma y comparar con las fotos. La exposición se hace ya cuando la fruta cae del árbol.