Este edificio de estilo modernista data del año 1920, y fue encargado por la familia Montiu.

Durante la década siguiente se convirtió en un pequeño hotel, y pasó a llamarse la Fonda de l’Enric. A partir de los años cincuenta se instaló el Instituto Nacional de Previsión y una oficina de la Seguridad Social; y actualmente acoge las oficinas del Instituto Municipal de Progreso y Cultura. 

Formalmente es una construcción que consta del edificio principal, la cochera y una casita. La casa tiene un sótano destinado a la cocina y al servicio, la planta baja, un primer piso y el desván. 

Las diferentes fachadas presentan elementos arquitectónicos y decoraciones típicas del modernismo, aunque de forma contenida y de un estilo bastante sobrio. Destacan las ventanas y aberturas, así como las barandillas de hierro ondulantes.