El Parque Arqueológico, edificio diseñado por el arquitecto Daniel Freixes, protege las minas en galería más antiguas de Europa, declaradas Bien Cultural de Interés Nacional.

El parque permite revivir la experiencia de investigar cómo era la vida hace 6.000 años, contemplar el acceso de diversas bocas de mina y hacer un recorrido libre por una mina reproducida, adaptada a todos los públicos, que ofrece una imagen inédita del yacimiento.

El vestíbulo está presidido por un jardín con las especies vegetales que poblaban la zona durante el neolítico.