El barrio de Dalt Vila, en el lado norte de la iglesia de Santa María, fue donde se inició, a partir del siglo XI, el primer núcleo de población agrupada de Manlleu. La configuración actual del barrio de Dalt Vila mantiene urbanísticamente su forma medieval, pero las viviendas más antiguas conservadas son producto de las importantes reformas acaecidas a partir del siglo XVII. Son edificios de época moderna construidos entre los siglos XVII y XIX, y responden al tipo de casa con claras semejanzas con las masías de la época. Aunque algunas de estas casas fueron nuevamente reformadas a partir de la segunda mitad del siglo XIX, se conservan todavía numerosos ejemplos que permiten hacerse la idea de la fisonomía del casco antiguo durante los siglos XVII y XVIII.