En un pueblecito del Pirineo catalán hay dos casas centenarias: la rica Can Pujalt y Can Xanot, una casa prácticamente en ruinas. Es aquí donde nace Xana, que se cría libremente en el campo. De mayor, un día le ataca el vagabundo Met, pero el heredero Enric Pujalt la salva y ambos se enamoren. Al cabo del tiempo, ella queda embarazada y se marcha del pueblo porque no quiere complicar la vida al heredero. Más allá de su estricto valor cinematográfico, los Pirineos –magníficamente fotografiados– pueden considerarse un personaje más del filme, un espacio geográfico poderoso que contiene y conforma a los personajes que habitan en él.
Rodado en: La Vall d'Aran.