Jardins el Roquer

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Actualizado: 30/05/2018

C/ Estenedor 2
17401 Arbúcies
Girona

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Mariona Bofill Miralbell

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698299136

HISTORIA ROQUER

La historia del palacete del Roquer comienza a principios del siglo XIV, concretamente en 1313, pues es en este momento histórico cuando encontramos un documento donde podemos constatar que la familia Roquer es la dueña de una casa principal y una viña situada en el mismo enclave donde se encuentra la actual. La familia Roquer pertenecía a la pequeña nobleza local, fueron considerandos una de las familias más importantes de Arbúcies. Fueron propietarios de numerosas fincas durante la Edad Media y Moderna en el valle de Arbúcies. Los herederos Roquer fueron adquiriendo con el paso del tiempo, tierras de lujo lo que formaría un patrimonio muy importante. En el siglo XVII, en la guerra contra el rey Felipe IV, en 1640, la casa fue quemada y posteriormente reconstruida siguiendo el estilo de las masías catalanas de la época. A lo largo de los siglos XVII y XVIII la familia Roquer tenía renombre y se convirtieron en ciudadanos honrados de Barcelona y Vic, tuvieron varios títulos honoríficos y militares. De esta estirpe surgió una bandada de eclesiásticos, tres descendientes fueron rectores de la parroquia de Arbúcies. La casa del Roquer dispuso de un oratorio privado a partir del 1693 al que le fue concedida la licencia por el Obispo de Girona. También la misma familia tenía el honor de enterrar a sus difuntos, dentro de la iglesia parroquial, los cuales tenían su vaso o sepultura en la capilla de Nª Sra de Gracia. En 1825 los Lambert, familia de origen francés, entronca con los Roquer raíz de una boda, y enderezar la economía de la casa que había sufrido durante 50 años un mal gobierno y luchas por la herencia. A finales del siglo XIX, la casa sufrió un incendio y se rehizo totalmente según la moda del momento. A principios del siglo XX la finca se vendió al Sr. Fàbregas, un abogado de Barcelona. Y alrededor de 1920 la compró Joan Garolera Molist. Durante la guerra civil, el Roquer  hospedó 300 chicos y chicas provenientes del País Vasco y Madrid que huían del frente de la guerra. Posteriormente, la casa fue restaurada entre los años 1940 y 1950 bajo la dirección del arquitecto Enric Segarra y de Emili Garolera Bohils, quedando con el aspecto que tiene actualmente (FOTO). La iluminación de la casa corre a cargo del arquitecto Buïgas (FOTO) En 1996, al morir Lola Garolera, la casa pasó a su hermano Emili que fue quien creó el gran jardín dendrológico que pertenece a la finca.

PALACETE

El palacete está catalogado por el PGOU (Plan General de Ordenación Urbana) como edificio de interés. Se trata de una edificación de planta cuadrada de tres pisos. Destacan, por la antigüedad y por la estructura arquitectónica, las bóvedas catalanas del nivel inferior. En la fachada principal hay una gran escalinata de piedra que da a un porche de arcos de medio punto desde donde se accede a la entrada principal donde hay una reja de hierro muy trabajada. En la escalera principal interior se conserva el escudo de la familia Roquer (FOTO). El primer piso tiene un balcón corrido con barandilla de hierro forjado, ricamente ornamentada. Se trata de la planta noble donde el paramento presenta esgrafiados que decoran el alrededor de cada apertura, representante ornamentación floral y vegetal (FOTO). Destacan dos medallones lobulados, en piedra, con una escena infantil esgrafiada en el interior, y en el centro, entre las dos ventanas hay un reloj de sol, también en relieve y hecho de piedra fechado de "AÑO MCML" (1950). En el interior de la casa se conservan antigüedades compradas por Juan y Lola Garolera durante los años que vivieron en París. A Lola le gustaba comprar en anticuarios, a menudo iba al mercado de las pulgas de París y el barrio gótico de Barcelona donde adquiría piezas que consideraba de interés. Algunas de estas obras de arte son los dos cañones de época napoleónica de 1812 que se encuentran en la fachada principal (FOTO) y dos armaduras medievales.

JARDÍN

El jardín del Roquer fue creado a finales del siglo XIX (hacia 1870) como zona de recreo de la familia. Actualmente, es considerado uno de los mejores jardines dendrológicos del mundo. Acoge árboles de los cinco continentes, algunos de ellos centenarios. Encontramos ejemplares que son únicos en el mundo como el cedro del Himalaya de piñas rojas, que se encuentra justo a la entrada del palacete. La colección de árboles y plantas está formada por más de 200 especies, en una extensión de dos hectáreas de terreno. Garolera quiso albergar en él una extensa colección de palmeras, araucarias y magnolias. Por eso buscaba, de forma obsesiva, por todo el mundo, cualquier árbol de estas especies que aún no tuviera. La joya del jardín es la gran magnolia del Roquer considerada árbol monumental por la Generalitat de Cataluña. Se trata de la magnolia de Europa (de 3'92 metros de circunferencia), plantada en 1873, de la especie magnolia grandiflora. El jardín posee una gran diversidad de árboles de climas muy diversos, gracias al agua, la calidad del suelo y las buenas condiciones climáticas de la zona. Se pueden encontrar desde especies subtropicales, como Cycas revoluta, a especies de climas templados, como Pinus sabiniana, y de climas fríos, como Abies alba, destacan las secuoyas y cedros de 30 m de altura. La gran variedad de flores dota el jardín de un espléndido cromatismo. Destaca la avenida de las camelias, la rotonda volteada de hortensias, los numerosos lagos llenos de nenúfares, la enorme variedad de rosas, etc. Cada rincón del jardín posee un encanto especial. Los numerosos lagos, fuentes, flores, plantas y, por supuesto, árboles gigantescos, hacen de él una joya única e irrepetible.