Construida por los monjes cartujanos a finales del siglo XV recibe este nombre por las grandes rocas o “còdols” que la rodean. La ermita fue construida por los monjes cartujanos a finales del siglo XV y fue habitada por varios ermitaños. Aún hoy día vive una ermitaña que se encarga de su mantenimiento, la cual cosa hace posible que sea la única ermita de la comarca que pueda ser visitada habitualmente. Se celebran tres fiestas: por San Juan, San Juan Decapitado (29 de agosto) y por San Antonio.