Ana, con unos treinta años a sus espaldas y una hija de 2 meses, vive bajo la constante amenaza de su marido, Jero, que está en prisión por violencia doméstica. Ana sabe que Jero saldrá pronto y que su único objetivo será hacer que pague por su humillación... y finalmente llega el día de su liberación.
Ana coge todo lo que puede de su casa y se lanza a la carretera, sin saber a dónde ir, o cuándo podrá dejar de huir. Al final decide volver a su ciudad natal, donde conoce a Federico, un hombre de 50 años que le ofrece un trabajo y un lugar donde vivir. Su amistad se convierte en algo más. Pero la presencia de Jero es inevitable y ambos tendrán que aprender a vivir sin miedo.