Serrallonga es la historia de un bandolero que se convierte en leyenda, en una época dura donde la lucha por sobrevivir era la principal preocupación de un pueblo esclavizado por el hambre, y en la que el bandolerismo era una de las pocas salidas a la miseria.
Joan Sala, alias Serrallonga, se ve obligado a dejar a su mujer e hijos y escapar de la justicia por haber cometido un crimen en defensa propia, y se suma a la banda de bandoleros a la que pertenecen sus hermanos y de la que es cabeza de grupo un viejo enemigo de la infancia, Antic. Serrallonga y Antic se enfrentan, Antic es arrestado y se alista a las tropas del ejército español.
Serrallonga, por encima de todo, es un rebelde. Robos y asaltos hacen que sea admirado por el pueblo y conocido como el Rey de las Guilleries. Las mujeres lo buscan y las autoridades le dan resguardo. Goza también de la protección de los nobles que ven en él la posibilidad de luchar por sus propios intereses ante la corona. La leyenda de Serrallonga crece imparablemente.
Al volver de las campañas de Italia, y viendo en que se ha convertido su antiguo rival, Antic acepta el encargo del Virrey de dar caza a Serrallonga.
La persecución es implacable. Empiezan así años de traiciones, trampas, emboscadas y masacres de todos aquellos que encubran o simpaticen con el bandolero. Crece a la vez la fascinación y el odio de Antic hacia Serrallonga.
Los nobles que antes le protegían ahora se giran en contra de él. La banda de Serrallonga, perseguida hasta el límite, es desmantelada. Serrallonga se va quedando solo y debe huir a Francia donde sobrevive con Joana, una de sus amantes. Cuando Joana se queda embarazada, Serrallonga, débil y cansado vuelve a Cataluña. Su mujer Margarida está encarcelada y sus hermanos y amigos han sido asesinados. Serrallonga, cargando con la culpa de los que murieron por él y viendo que ha llegado su hora, se entrega. Es juzgado y condenado a muerte... Pero el mito sigue vivo.