He engañado a mi marido, mis niños, mi madre. He mentido a mis amigos y a la gente del colmado y el banco para que me diesen crédito. Y los he embaucado a todos. He rezado para que nadie lo descubriese, pero no puedo seguir con las mentiras, las artimañas, las deudas. Es una locura, he jugado y he perdido. Soy una ludópata, una adicta al juego.