Rocío y Pepe se conocieron en 1988, cuando eran jóvenes. Ella tenía 17 años y soñaba con ser bailarina. Él 27, y se ganaba muy bien la vida como pintor. Poco a poco, como le pasa a la mayoría de las parejas, la rutina y el aburrimiento se han ido apoderando de sus vidas. Pero en 2012, la vida los pone a prueba con un gran cambio. Pepe cae enfermo y pierde el trabajo. Rocío tiene que dedicarse por completo a él, abandonando todos sus sueños y esperanzas. Para poder hacer frente a esta nueva situación, Rocío entra a trabajar como mujer de la limpieza en un centro cultural. Y es allí donde se produce el encuentro que cambiará su vida.