Kuroda es enviado a España después de que un inversor japonés sea asesinado. Allí conocerá un agente de la Interpol que investiga el caso pero que evita compartir cualquier información con Kuroda. Aunque estos dos no confían el uno con el otro, deberan hacer lo que sea necesario para proteger la única testigo del asesinato, una banquera de élite que está siendo atacada por los asesinos.