Lucila, de 21 años (Anna Díaz), que intenta encontrar su lugar en el mundo frente a la presión familiar, la misoginia y el racismo. Junto a su hermano menor, Diego, viaja a España para reunirse con su madre, Isabel (Adriana Paz), quien emigró ocho años atrás en busca de un futuro mejor. La llegada de la chica no resultará precisamente pacífica. Las circunstancias a las que se enfrenta todos los días le recuerdan constantemente sus orígenes, para bien y para mal. Esta carga despierta en ella la necesidad de emanciparse, vivir una vida acorde con su edad y dejar de ser la madre postiza de su hermano o sobrevivir en trabajos mal pagados. Pero pronto se da cuenta de que la realidad no se puede moldear a su antojo.