Santí Serracamps tiene un don: es capaz de comunicarse con los animales. Considerado uno de los mejores domadores del mundo a través de la doma en libertad, logra establecer vínculos con sus caballos creando fuertes lazos de amistad. En un viaje a Marruecos descubre a Mabrouk, un caballo malherido al que decide rescatar.
Rodada en: Lloret de Mar y Llagostera