A tan sólo 15 kilómetros al norte de Barcelona se encuentra Alella, un pequeño municipio rodeado de naturaleza y tranquilidad, con una larga historia vinculada al mundo del vino que ha determinado su geografía, caracterizada por paisajes de viñedos. El núcleo antiguo se encuadra entre dos ramblas, la Coma Fosca y la Coma Clar