Siete relatos con el denominador común de la imposibilidad de llegar a buen puerto, es decir, de la necesidad de aceptar el azar y así modificar el mundo y la vida con objeto de hacer que el buen puerto seamos nosotros mismos, y todo a pesar de que las adversidades provienen de este puerto, de donde partamos pensándonos que queremos llegar, y por eso no llegamos nunca, nos perdemos hasta que, ¡oh milagro!, nos damos cuenta que, de hecho, lo que hemos perdido es la capacidad de encontrar un denominador común cuando ya sabemos que este no existe.