Nebiros relata el paseo nocturno de un personaje por los prostíbulos de una ciudad portuaria, una Barcelona nunca nombrada pero claramente aludida, dentro de un clima denso y agobiante. Las calles, los bares, la gente, las prostitutas, son percibidas por un ojo que traspasa las fronteras de lo real para alcanzar las zonas de la alucinación. Las imágenes del mundo exterior se confunden con los monólogos interiores del protagonista a través de los cuales asistimos a una concepción del mundo profundamente nihilista y abismada en el problema del mal. El nombre que da título al libro es el de un demonio y ciertamente infernal es el viaje propuesto.