Todo el lío empezó cuando mi mejor amigo Walter aceptó el reto de Raúl Rodríguez, el cachas fanfarrón del cole. Y pasó lo que tenía que pasar, o, mejor dicho, lo único que no debería haber pasado nunca. Raúl acabó con la pierna escayolada y Walter y yo tuvimos que resignarnos a ayudarlo para seguir viviendo. Pero lo que no sabíamos era lo que eso iba a suponer en nuestras vidas. Acababa de iniciarse la Operación Pelusa.