Lorenzo Contini, un prestigioso coleccionista de arte de origen veneciano, instalado en Barcelona, cae del balcón de casa mientras intenta arreglar un postigo de su piso, el quinto de una finca del Eixample. Muere casi en el acto. Como sufría depresiones intermitentes, mucha gente piensa que se ha suicidado pero la policía no encuentra ninguna nota de suicidio. Laura Casamitjana, subinspectora de los Mossos tiene la impresión de haber cerrado demasiado pronto el caso, y sigue investigando por su cuenta. Tiene un interés particular en el señor Contini como cofundador de la Clínica Laietana, porque hace tiempo que se ocupa de una denuncia contra esta clínica por adopciones irregulares. Ella misma es adoptada.