Marcús JGR: “Cada personaje tiene un sonido determinado y eso es lo que hay que buscar”.

16/05/2019

Este mes entrevistamos a Marcús JGR, músico y compositor de bandas sonoras. Habrás escuchado su trabajo en Incerta Glòria o El testament de la Rosa. Pero también ha compuesto música para televisión, documentales, spots o videojuegos.

Tu nombre es José González Riera, ¿por qué este pseudónimo de Marcús JGR?

Marcús era el segundo apellido de mi madre que murió cuando yo tenía once años. Tengo muy buenos recuerdos de ella. Cuando ella se murió, la familia se deshizo, por decirlo así, ella era los cimientos. Me puse este nombre como homenaje a ella.

 

No eres músico de formación. No pudiste estudiar, ¿cómo llegaste al mundo de la música?

Soy autodidacta. En verdad vengo del mundo de la decoración y las reformas. Pero llegó la crisis y la faena se acabó. Una cosa que siempre he tenido pendiente era hacer música de cine. Siempre he escuchado muchas bandas sonoras, porque me gusta la música de cine. Tengo un hermano que tiene un estudio de grabación que me pasó unos programas y dije: “voy a aprender a componer”. Lo que compuse, se lo envié a una productora y me contestó algo que me dejo parado: “Tendrías que estar entre los mejores compositores que conocemos”. Me quedé helado y pensé: “no puede ser”. Y en seguido me pusieron en contacto con Agustí Villaronga y ya he hecho tres largos con él.

Aprendí totalmente de oído. De escuchar muchas bandas sonoras, lo que te sale es ese estilo. Hoy en día, todo el mundo trabaja con un secuenciador, ya no hay compositores que se sienten en un piano a escribir.

 

Como pasa en las películas cuando se ve a cualquier músico componiendo.

Exacto. En EEUU ya hace décadas que se utilizan los secuenciadores. Es como tener un home studio, un estudio en casa en el que tú puedes ir grabando pista por pista y ser todos los músicos de la orquesta. Cuando tienes una orquestación así, ves que tú puedes ser el violinista, el flautista, ahora el violonchelo, etc… Así es como empecé y parece ser que a algunos les gusto y a otros no. Como siempre pasa en este mundo.

Tu primer trabajo con Villaronga fue para el documental El testament de la Rosa, ¿cómo te enfrentas a la música de un documental que habla sobre una persona determinada, en este caso Rosa Novell, y cómo intentas reflejar a esa persona en la música?

Le dije a Agustín que cada personaje tiene un sonido. Cuando conoces a una persona o un personaje y lo estudias, tiene un sonido determinado y eso es lo que hay que buscar. Una persona que tiene una personalidad muy fuerte, tiene un sonido grave. Una persona que es débil suele tener un sonido muy agudo. Es buscar el sonido de cada uno. Y a Rosa Novell se me ocurrió un determinado sonido que también estaba relacionado con el estado en el que estaba el cáncer que tenía, ya bastante avanzado y terminal. A Agustí le gustó. Eran más atmósferas, que composiciones musicales en sí.

 

Antes comentabas que es la tercera vez que trabajas con Agustí Villaronga. ¿Ayuda trabajar junto al mismo director, es más fácil y ayuda a tener una mejor comunicación a la hora de ilustrar musicalmente una película?

Con el tiempo se coge más confianza en el otro, lo conoces más y sabes más sus gustos y sus tendencias. No todos los directores tienen las mismas. Pero lo que sí que me ha pasado con él, es que en un principio me marcaba más. Luego se dio cuenta que, dejándome libre, simplemente dándome las imágenes, yo lo que le proponía encajaba más con lo que era la idea del personaje. A veces el director tiene una idea concreta en la cabeza y tú le presentas otras totalmente diferentes. Al final, Agustí a la conclusión que ha llegado conmigo, como dice en el documental que se ha hecho sobre la grabación en Londres de la banda sonora de Born a King: “Marcús tiene vida propia. Él va por libre. Hay que dejarlo solo”. A veces cuando te marcan mucho, al revés, te acotan la creatividad. Con Agustí me encanta trabajar porque es alguien que le sabe sacar potencial a los creativos. Escucha lo que tú haces y después lo mismo te da un par de puntualizaciones. Es un gran profesional.

En tu siguiente trabajo con Villaronga, Nacido rey has grabado en Inglaterra con la Royal Philharmonic Orchestra de Londres y con el director Paul Bateman, también mezclasteis en los míticos estudios Abbey Road. ¿Cómo fue la grabación?

Facilísima. Contra más profesionales son los músicos, más fácil es trabajar. Yo me quedé sorprendido cuando vi a la orquesta que sin ensayar ni nada, empezaban a poner las partituras, se sentaban y lo tocaban. Y encima te lo clavaban. Un par de cositas hubo, pero era un tema más de instrumentación. Las flautas de la composición que yo hice eran árabes y las que ellos tenían eran de orquesta tradicionales. Esas flautas tuvieron que salir y poner las otras. Pero son tonterías. 

 

 

Fuiste nominado a la mejor música original por Incerta Glòria. ¿Cómo viviste la experiencia?

La verdad es que, yo creo que cuando uno lleva una trayectoria de largo tiempo, va asimilando las cosas y a lo mejor llegar a ser nominado a los Gaudí es algo impactante. Pero cuando uno no ha tenido suficiente tiempo para asimilar todo eso, se da cuenta después, cuando ha pasado. Para ti es un día más de fiesta. También el día de los Gaudí, estaba tan mal de la espalda, me tuvieron que operar, que decía: “como me hagan salir no sé si voy a poder”. (Risas) Pero fue una muy buena experiencia que tampoco me esperaba.

 

Para la gente que no sabe cómo funciona la composición de bandas sonoras. Explícanos un poco tu proceso.

Ha cambiado muchísimo con los años. En la forma de trabajar, por ejemplo. La gente sigue pensando que un compositor de cine está sentado delante de un piano, escribiendo una partitura. La industria ya no funciona así. Tienes un secuenciador, te pasan las imágenes y allí empiezas a crear. Todo eso queda grabado en MIDI, un formato que lo que hace es disparar cada uno de los sonidos que tú estés tocando. Después ese MIDI, un orquestista lo pasa a partitura y un especialista en orquesta acaba de retocar la orquestación para que después la orquesta la toque. Hoy en día, la gran mayoría de las producciones musicales que se hacen, en verdad, son digitales. Hollywood utiliza en un 95% producciones digitales y no graba con orquestas. Aunque todo depende del presupuesto de la producción. Si es una producción muy grande, como ha pasado con Born a King, vamos a grabar a Londres a Abbey Road, los estudios más caros del mundo, con el director Paul Bateman que dirige la National Orquestra de Londres. Pero si tienes un presupuesto reducido lo tienes que hacer todo en digital. Y acaba dando muy buen resultado. Ya hay muy poca diferencia del digital al analógico. También ha pasado en el mundo de la imagen. Hay críticos de bandas sonoras que dicen que esto se ha hecho para reducir costes, etc,… Y sí, pero lo que tienes que ver es el trabajo final. La composición en sí. Esto en EEUU lo tienen asimilado ya hace décadas y aquí parece que cuesta un poco más. También ha agilizado mucho las cosas.

 

¿Cómo funciona la creación de la banda sonora a través de las imágenes, visionas toda la película entera o por partes?

Te digo como trabajo yo, no sé cómo lo hacen otros compositores. Cuando me dicen que entro en un proyecto, lo primero que pido es que me pasen el guion. Porque cuando me leo el guion, me hago una idea general de lo que va a ser la película. Con esa idea general, puedo componer la primera pieza que normalmente va a ser la pieza principal que explica la historia entera de la película. Para el resto necesito las imágenes. Al menos con Agustí, tal como ellos van montando la película, me van pasando las imágenes con el timecode debajo y poniéndome el número de secuencia. Y como ya me he leído el guion, ya me sé la historia. No hace falta que me pasen la película ya terminada desde el principio hasta el final. Quizás un montaje de tres cuartos de la película y a partir de ahí trabajo porque ya sé de dónde viene y a dónde va. Cuando se acaba de montar la película, después hay que volver a retocar porque normalmente, el primer montaje es muy largo y hay que recortar. 

 

¿Qué consideraciones tienes que tener a la hora de componer una pieza para una película que no tienes que tener en cuenta en otras composiciones, por ejemplo, la serie Albert’s Garden?

Se está buscando la subvención para acabar de terminarla. Tiene 13 capítulos. Una temporada, pero la idea es hacer más de 100. Es muy interesante El jardín de Albert o Albert y tú, están entre esos dos títulos. Es muy diferente como te enfrentas a los proyectos. Lo que más cuesta al principio es coger el tono. Esta es una serie de niños, que intenta enseñar. Al principio no sabes que vas a hacer con ella. Tienes que mentalizarte hasta que le coges el tono de lo que es la película o la serie. El testament de la Rosa no tiene nada que ver con Incerta Glòria o con Nacido rey. Y El jardín de Albert, lo mismo. No es el mismo estilo. En esta última, tienes que meterte en la mente de una cría que conoce a Albert Einstein, que le cambia la vida y al final acaba siendo astronauta. Representa su niñez, lo que este hombre le influyó.

 

¿Es una historia real?

No. Pero es muy interesante, porque cada capítulo habla de una cosa diferente. La fotosíntesis, el ciclo del agua,… Cada día es conocer algo nuevo. Te da una gran cantidad de variación. Albert despierta a la niña toda esta curiosidad sobre las cosas. Faltará despertar la curiosidad de la gente para verla.

 

¿Es difícil dedicarse a la música?

Sí, es muy difícil. Hoy en día estamos pasando por un momento complicado en el mundo del cine. Aquí en Cataluña, se han quitado muchas subvenciones a productoras y muchas han cerrado. Sacar un proyecto adelante es duro. Y se ruedan muchas cosas que al final acaban en un cajón. Es un mundo duro y no es que pare de trabajar. Te van saliendo cosas, gente que te llama con proyectos, pero todos son embrionarios. ¿Cuánto tiempo tardará en salir? Una película es cuestión de 2, 3 o 4 años. No es una cosa de hoy a mañana. Tienes trabajo continuo, muy bien, pero a lo mejor haces una película y vives durante unos meses y el próximo proyecto en el que entres, hasta de aquí a año y medio no empezará a desarrollarse. Es duro. Durísimo.

 

¿Cuáles son tus proyectos futuros?

Ahora Albert y tú o El jardín de Albert. Me han llamado también para una película francesa sobre una legión francesa que viene a Catalunya y entran en una masía. Es cine histórico. Mataron a un montón de gente y hubo solo un superviviente. Es lo poco que me han explicado. Otro proyecto es un documental que va a rodar en el ártico y sobre los osos polares. Estos son los proyectos que están ahí pero que hay que acabar de pulirlos. Y ahora estoy haciendo la banda sonora de The Odd Perspective que rueda Afilms. Aunque lo que a mí me gustaría sería saltar al cine americano e inglés.

 

¿Ves difícil dar un salto así?

No lo sé porque aún no lo he hecho. (Risas) Es simplemente darte a conocer, supongo. Creo que es uno de mis objetivos.

 

Ahora con Nacido rey tendrás más proyección.

Bueno en esta película solo he hecho el 30% de la banda sonora. El resto la ha hecho otro compositor egipcio, Hesham Nazih. La película es árabe y los productores han querido un compositor árabe para la parte árabe de la historia. En algunas partes Agustí dijo que quería que lo hiciera yo, porque buscaba una sensibilidad diferente. Yo le dije: “Agustí, yo para lo que tú quieras”. 

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