Adriana Pérez y Marta de Muga: "Defendemos que las películas que escogemos en selección oficial valen la pena. Y sino es por Inclús, no las vería nadie".

23/10/2019

Este mes entrevistamos a Adriana Pérez y Marta de Muga, directoras del Festival Inclús de Cine y Discapacidad de Barcelona. El Festival se celebrará del 26 de noviembre al 1 de diciembre en el Caixaforum de Barcelona y está ultimando los detalles de esta edición. Con ellas hablamos del festival y de la discapacidad en el mundo del audiovisual.

¿Cómo nació Inclús y cuál es su principal objetivo?

Adriana: Inclús fue idea de la Associació Discapacitat Visual Catalunya que se dedican a la atención directa a personas con discapacidad visual. Querían hacer una muestra de sensibilización sobre qué es la discapacidad. Pero se les quedó un poco grande, puesto que es una entidad de atención directa. El primer año duró un día en los Cines Girona y se llamaba Disdoc. Fue, al final, una pequeña muestra de películas de entidades.

Marta de Muga: A pesar de que estuvo muy bien, fue un poco solo por sus socios. Les faltaba toda la parte audiovisual. Nosotras somos una productora y nos conocíamos por un documental que estábamos haciendo. 

A: Nos dijeron si nos interesaría participar. Siempre habíamos vivido, como productora, los festivales desde la otra cara. Más o menos sabíamos las vías y era solo meterse en el otro papel. Esto fue en 2014. Antes que nada, le cambiamos el nombre, puesto que no es solo de documental, también hay ficción. Y nació Inclús.

 

¿Cómo fue el paso de productoras sin experiencia de montar un festival a hacerlo?

A: Crear un festival es muy duro. Desde el principio al final, la financiación, el desconocimiento, los miedos, que es un festival muy específico, si habrá películas cada año o público.

M: No se vende solo.

A: ¿Un sábado, ir a ver una película sobre discapacidad? Si no estás concienciado, quizás te cuesta. Pero nos gustan los retos.

M: Lo que sí que es verdad es que teníamos contactos con otra gente que hacen festivales más grandes y que llevan más tiempo y nos apoyaron. Nos dieron consejos, hablamos con mucha gente. Te invitan a salir adelante. Y el éxito de cada edición también te invita a seguir.

 

Ya lleváis siete ediciones con esta. ¿Cuál es la valoración global hasta ahora del festival?

A: Estamos muy contentas, porque cada vez se conoce más y viene más público. Al principio eran caras más conocidas, ahora ves caras nuevas, que las salas se llenan, que nos llaman para hacer talleres.

M: Hay películas muy específicas, supongo que les pasa a todos los festivales, que tienen que tener una plataforma para verse. Siempre defendemos que las películas que elegimos en selección oficial merecen la pena. Y si no es por Inclús, no las vería nadie.

 

¿Cuáles son los requisitos necesarios para que una película pueda entrar en el festival?

A: Sobre todo, calidad técnica. Al final es muy sencillo, que sea una buena película y después como nuestra temática es la diversidad funcional, que la trate de una manera respetuosa, desde un punto de vista diferente. Y que te despierte algo. Inclús tiene dos públicos muy diferenciados: un público con diversidad funcional que pueda disfrutar de ocio accesible y un público que le gusta el cine y al cual se pueda sensibilizar mediante el mismo. Para este público, necesitas películas que tengan ritmo.

 

 

La gente que asiste ve solo la parte de fuera, pero hay mucho trabajo que no se ve. ¿Cuál creéis que es el principal problema a la hora de montar un festival?

M: La financiación. La gente no es consciente del trabajo que conlleva. Para nosotras es un trabajo anual y el equipo es superpequeño. Es un pez que se muerde la cola, quieres formar más equipo, pero necesitas más financiación. También es verdad que no dependes solo de dinero público ni privado, pero hay lo que hay. Las entidades públicas también van justas. Todo es muy complicado a pesar de que hay muchas ganas y voluntad de hacer, y en nuestro caso además porque creemos que es necesario.

A: Ahora hemos hecho la producción de otro festival en Reus donde tenemos un precio pactado. El año pasado fue el primero que hicimos. Es otro mundo hacerlo con un presupuesto que partir de cero, donde tienes que hacer mil filigranas. Como sabemos cómo funciona, todavía podemos hacer más.

M: En nuestro caso, gran parte del presupuesto general se va en accesibilidad que es una partida que muchos festivales, o casi ninguno, tiene y para nosotras es básica, es quizás el 40% y no lo podemos obviar. Esta partida no se toca. Hacer la audiodescripción de todas las películas, la subtitulación para personas sordas, tener intérprete para lengua de signos. Esto es un hándicap que solo tenemos nosotras. Ojalá el resto lo hicieran también.

Yo creo que la conciencia irá hacia esta tendencia y habrá festivales y productoras que se pondrán las pilas. Pero los inicios son complicados. La Generalitat tiene ayudas de política lingüística por el uso del catalán en el doblaje y la subtitulación. Y llegamos nosotras preguntando: “¿Y la audiodescripción qué?”. No es doblaje, es una voz extra que es la que narra la película, pero también utilizas el catalán. Ahora nos ayudan un poco. Es un paso que esperamos que crezca.

 

¿Tiene en cuenta el audiovisual en general y el cine en concreto a las personas con discapacidad?

A: Cada año buscamos una película de inauguración que sea más comercial y la encontramos. Pero que lo tengan en cuenta, yo diría que no. Sí que son pelis grandes como Wonder, de hace dos años, que es una superproducción y tiene un libro. El año pasado fue Campeones que también está bien, pero se queda en la superficie. En cualquier otra película que no trate la discapacidad, no ves actores con discapacidad.

M: La representación es lo más complicado, más que se hagan películas sobre este tema. Las hay como Intocable. Y sí que es verdad que Campeones abrió un camino, le dieron el Goya a Jesús Vidal y parece que se está teniendo en cuenta. ¿El tema es, y ahora qué pasará? ¿Tendrá más trabajo Vidal? Está por verse.

A: La visión de la persona con diversidad funcional en el cine suele ser siempre bastante negativa. Si piensas, todos los villanos tienen alguna discapacidad, como el capitán Garfio, por ejemplo. Es el estigma y el tema de la salud mental también.

 

¿Creéis que la sociedad está debidamente concienciada sobre la discapacidad?

A: Sí, se están haciendo cosas. Vamos despacio y dependiendo de la franja de edad a quien preguntes es diferente. Si hablas con gente más mayor, todavía te dirán palabras como minusválidos, pero también es lógico, la educación era otra. Em gente más joven, encontrarás cosas que te asusten, pero hay más conciencia.

M: También hay muchas problemáticas invisibles. La salud mental, sobre todo. Y si no tienes ningún contacto con la discapacidad, tampoco sabes cómo tratarlo. Para eso también sirve Inclús, es uno de sus objetivos como festival.

 

Inclús ofrece también talleres educativos dirigidos a alumnos y público en general. ¿Cuáles son estos talleres?

A: Variamos. Hemos hecho talleres de lengua de signos porque funcionan muy bien y la gente lo pide. La comunidad sorda es un colectivo que habla otro idioma y es muy difícil comunicarnos. Si podemos hacer pinceladas, porque en unas horas de taller no puedes hacer más. Después hacemos muchos de sensibilización para niños. Seleccionamos cuatro cortos de animación y hacemos un cinefórum. Lo hacemos también con adolescentes. Y otro de anuncios de publicidad y cómo tratan la discapacidad con un debate posterior. También uno más sensorial que se llama “Sentimos el cine”. Cogemos dos cortos, a uno le quitamos el sonido y le ponemos subtítulos y ven la película como la ve una persona sorda. Y al otro le quitamos la imagen y cogemos la audiodescripción. Esta actividad es más interesante hacerla con gente que es sorda y gente que es ciega, porque quiénes somos discapacitados en aquel momento somos nosotros, puesto que no tenemos la diversidad funcional.

M: Nos gusta estar mucho en contacto con entidades que trabajan con personas con diversidad, que son las que viven el día en día. Hablamos mucho de qué quieren, a veces nos hacen propuestas. Hay mucha comunicación. Hacemos siempre también un taller I+D. De cómo la tecnología se adapta a personas con diversidad. Es gente que está diseñando herramientas o aparatos, traductores de lengua de signos a ordenador, gafas que te sitúan en el espacio y dónde hay obstáculos. Quizás es el taller que se aleja más del cine, pero es muy interesante y tiene mucho éxito.

 

Estos talleres también han salido fuera de los festivales y los hacéis en institutos y colegios, por ejemplo.

A: En institutos, colegios, centros cívicos, en alguna biblioteca o alguno otro festival como el Clamor y el Breus.

M: Como los festivales duran pocos días, nos parece perfecto que nos digan de hacer otras cosas. Este año con la ONCE haremos una actividad por Santa Llúcia. Y alguna proyección también hemos hecho para tratar alguna temática.

A: En los cines Girona, aprovechando que ya teníamos un cine que es accesible. Volvíamos a repetir las mejores películas o algún invitado que encajaba.

 

¿Hay muchos cines accesibles a Barcelona?

A: Hacemos el festival en el Caixaforum porque es un lugar donde pueden entrar 15 o 20 sillas. Esto en ningún cine se puede hacer. El máximo es dos o cuatro y delante de todo o detrás. En Caixaforum tienen espacios delante y detrás, pero como la pantalla es tan grande la visibilidad es perfecta y además detrás es a pie de lavabo. Es muy cómodo. Pero cines accesibles no hay ninguno, que hagan iniciativas que ayuden a la inclusión, sí.

M: La accesibilidad de los films no es solo del espacio físico. Nosotras, por ejemplo, defendemos que los subtítulos tendrían que ser todos para sordos. A todos nos gusta la versión original, pero si estamos viendo una película en polaco y ya manchas la pantalla con unos subtítulos, ¿porque no los ponemos de colores e incorporamos los sonidos?, porque a nosotros no nos importa y alguien sordo entiende más. Yo creo que eso sí que puede llegar a los cines. La audiodescripción es más complicado. Nosotros lo hacemos por aplicación móvil, pero entonces ya es: “ui, teléfonos en la sala”.

A: La ONCE tiene una aplicación para audiodescripción de las películas y es solo sincronizarla con la proyección. Puedes entrar tarde y es automático.

 

 

¿Y la industria lo hace?

M: El paso se tiene que hacer antes. Esto empezaría a funcionar si la televisión por ejemplo dice, este tanto por ciento de la programación tiene que ser accesible, pero cuesta. Nosotras hacemos la audiodescripción y la subtitulación de los films. Entendemos que es mucho dinero y que hay producciones que quizás no se lo pueden permitir. Pero siempre pedimos, antes de hacer todo el trabajo, si tienen estos materiales, y hay gente que no saben ni de que les hablamos. Y después nos lo piden para utilizarlo en otras copias. Nadie nos lo enseña. Nosotras estudiamos cine y no teníamos ni idea. Pero hicimos un documental sobre una chica que estaba perdiendo la visión y cuando acabamos de rodar la había perdido del todo y era como: “Ostras, ¿cómo hacemos que Maite lo vea?”. Y nos pusimos las pilas. En Inclús hemos hecho talleres de audiodescripción para estudiantes de cine. Les decimos que tienen esta herramienta que pueden usar para ampliar su público. Que nos estamos olvidando de esta gente.

 

El festival incluye el premio “Ponte en nuestra piel” conjuntamente con Arep para fomentar la producción de cortos amateurs. ¿En qué consiste?

A: Tenemos una sección para profesionales y después, lógicamente Inclús es un lugar donde tienen que tener cabida todas las entidades que tratan la diversidad funcional. Nos juntamos con Arep, una entidad que trabaja con salud mental y hacía este concurso. Ya que es una entidad de atención directa, nos encargamos de la parte audiovisual.

M: Las entidades se inscriben y tienen unos meses para trabajar. La idea es hacer un video que no vaya de esto pero que hayan trabajado otra discapacidad que no sea la de su entidad. Si les toca fibrosis quística. Tienen que ver qué es. Quizás se ponen en contacto con la Asociación de Fibrosis Quística de Cataluña. Es bonito porque al final es pongámonos todos en la piel de todos, no solo unos cuantos.

 

¿Y el premio para los jóvenes?

A: El concurso funciona muy bien, pero se quedaba solo en entidades de la diversidad funcional. Dijimos de hacerlo con jóvenes y con la temática de la salud mental porque entonces Arep puede hacer sesiones de sensibilización, charlas, algún joven de la asociación puede colaborar con las escuelas o los esplais. Esto está en proceso porque este año se nos despertó la idea. 

 

Este año participáis en el ciclo Pantalla Barcelona con la selección de varias obras que se pasan en las pantallas de los centros cívicos de la ciudad. ¿Cómo valoráis esta iniciativa?

A: Es una muy buena idea que acerca toda la cultura a los barrios, hará que también mucha gente que no se lo puede permitir, no cae o no va normalmente a un festival, vea estas películas. Ayuda de dos formas, da a conocer las películas y que tengan una segunda vida.

M: También está bien que se inviten a largometrajes y cortometrajes. Porque los cortos todavía cuestan más que lleguen al público. Es bueno para los productores, para los creadores y también para el público.

 

Puedes consultar toda la programación del festival aquí

 

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