Situada entre la ciudad de Girona y las poblaciones costeras de la Costa Brava, la Bisbal d’Empordà es una ciudad muy vinculada a la producción de cerámica. Su paisaje se caracteriza por las esbeltas siluetas de antiguas chimeneas industriales y por un área comercial vinculada a diferentes productos cerámicos que colorean sus calles. Existen diferentes talleres de cerámica, activos o en desuso, antiguos y modernos, y de diferentes dimensiones. El Terracotta Museo, donde se explican los más de 500 años de tradición ceramista, se encuentra en una antigua fábrica de cerámica con una arquitectura industrial singular.

El casco antiguo, centro comercial por excelencia del municipio, conserva un rico patrimonio arquitectónico y varias tiendas centenarias prácticamente intactas. El entramado de calles estrechas y los numerosos edificios antiguos muestran la estructura primigenia de la villa y el trazado de las antiguas murallas. En el centro histórico destaca el Castell Palau, uno de los castillos civiles de origen medieval mejor conservados de Cataluña. En la ciudad hay varios edificios públicos o privados con arquitectura modernista y/o colonial (indianos) así como numerosos espacios verdes.