A pocos minutos de Figueres, ciudad conocida por albergar el museo del famoso pintor Salvador Dalí, se encuentra esta preciosa masía catalana. La rodean dos hectáreas de terreno, dándole esa tranquilidad tan apreciada por los urbanitas. Fue reformada con extremo gusto y dedicación. Se utilizaron los mejores materiales y se cuidó hasta el último detalle. El lujo resplandece en su interior, en sus habitaciones amplias, en la armonía de los elementos, en la extrema comodidad de sus estancias. El pozo de piedra, típico de la época, se encarga de regar el jardín y las placas solares calientan la piscina de agua salada. Junto a ella hamacas y mobiliario de jardín esperan a los bañistas para que disfruten del agradable sol de verano. Al otro lado de la villa, frente a la casa del servicio, hay un lago artificial rodeado por la vegetación propia de la zona. Mas Molí Petit consta de más de 1700 m2 distribuidos en cinco niveles. El ático es para la master suite, desde dónde se divisan unas vistas espectaculares. En la primera planta se encuentran las otras tres suites y en la planta baja la zona noble. Todas las estancias, la gran cocina moderna, el salón con su librería y despacho, el comedor para 20 comensales, la sala de proyecciones con el Home Cinema y el billar, comparten una curiosa combinación entre rústico y moderno. La imponente chimenea, el suelo original o las vigas conservadas le dan ese toque de autenticidad tan propio de Mas Molí Petit. Unas escaleras de caracol nos conducen al espectacular gimnasio y al antiguo pajar, ahora convertido en bodega.